Viviendo en LibertadSample

Nuevas misericordias

“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3:22-23, NVI).

Cada 24 horas Dios nos sorprende con un nuevo amanecer lleno de oportunidades. No importa lo que ocurrió ayer ni lo que pudo haber sido; cada día trae consigo una nueva carga de amor, gracia y misericordia de parte de nuestro Padre.

Muchas veces nos lamentamos por lo que perdimos o por lo que no alcanzamos, pero Dios nos recuerda que con Él siempre hay algo más grande y mejor por venir. Su fidelidad no se agota, está disponible para darnos fuerzas y esperanza en todo lo que emprendemos.

El ejemplo de Job nos inspira profundamente. Aunque perdió todo lo que tenía, nunca dejó de alabar a Dios. En medio de la tragedia, pudo decir: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Job entendía que cada día era una oportunidad para adorar, porque nuevas son cada mañana las misericordias de Dios.

Así también nosotros, en medio de pruebas o alegrías, podemos descansar en la fidelidad de Aquel que nunca falla. Nuestros dolores no son pérdidas sin sentido, sino procesos que forman nuestro carácter y nos acercan más al corazón de Dios. Él nos ofrece refugio, confianza, seguridad y amor inagotable.

Hoy Dios te invita a levantarte una vez más, a confiar en que lo que pongas en Sus manos tendrá propósito y a creer que Su fidelidad es más grande que cualquier circunstancia. No estás solo: Sus misericordias son nuevas hoy también para ti.

Aplicación práctica:

Cada mañana, antes de comenzar tus actividades, toma un momento para agradecer tres cosas que Dios te haya dado. Haz de este hábito diario un recordatorio de que Su fidelidad se renueva constantemente.

Oración:

Señor amado, gracias porque tus misericordias son nuevas cada mañana. Te entrego mis cargas y mi trabajo, creyendo que en Ti todo se hace nuevo. Ayúdame a ver las cosas con Tus ojos, a vivir con un corazón agradecido y a confiar plenamente en tu fidelidad. Amén.