¿Cómo afectaría a David recibir tan grande revelación de la grandeza de Dios en cuanto a la alabanza que este ofrecía a Dios?

Dejemos que sean las escrituras quienes nos permitan ver cómo era la alabanza que ofrecía a Dios el Rey David.

“Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta" (2 Samuel‬ ‭6‬:‭14‬-‭15‬ ‭RVR1960).‬‬

Las acciones de David daban testimonio por sí mismo de que realmente sabía a quién rendía alabanza y adoración, llegado a este punto no está de más recordar que el significado de alabanza no está sujeto exclusivamente a entonar himnos y canciones, sino que existen muchas otras expresiones válidas de alabanza como la que en este caso nos enseña el Rey David en esta porción de las escrituras.

El escritor plasmó a la perfección un reflejo de lo que significa rendir suprema alabanza a Dios, el rey David danzaba «con todas sus fuerzas», no lo hacía con desgano o con vergüenza, él no danzaba como parte de un ritual litúrgico dentro de un programa, él no lo hacía para impresionar a los hombres, tampoco lo hacía de manera hipócrita tratando de mostrar una falsa religiosidad ante el pueblo.

David danzaba con todas sus fuerzas delante del Señor que le eligió siendo un jovencito pastor de ovejas olvidado por su familia, para llegar a convertirlo en rey del pueblo escogido por Dios, David danzaba delante del Dios que le había librado una y otra vez de manos de sus poderosos enemigos, de dolorosas traiciones, quien le había dado la victoria ante un imponente gigante que atemorizó una nación entera.

Un Dios que había perdonado sus pecados más oscuros y sin duda alguna podemos afirmar con toda seguridad que David danzaba con todas sus fuerzas delante del Dios que se reveló a su vida, enseñándole destellos de su gloria, de su poder, de su amor, de su majestad, de su misericordia y de su fidelidad en cada una de las temporadas de su vida.