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La Fe Y Las Obras: Viviendo Lo Que Creemos

DAY 2 OF 5

Obedecer a Dios sin Demora

La primera clave para vivir una fe en acción es aprender a escuchar y obedecer la voz de Dios sin posponer las decisiones. Romanos 10:17 explica que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. Este principio nos recuerda que, si queremos cultivar una fe robusta, debemos exponernos continuamente a la Escritura y a la guía del Espíritu Santo, filtrando todo lo que oímos a través de la verdad eterna de Dios.

Un ejemplo clásico de obediencia inmediata se halla en la historia de Abraham. En Génesis 12:1-4, leemos cómo Dios llamó a Abraham a dejar su tierra y su parentela para dirigirse a un lugar que Él le mostraría. Abraham no tenía un mapa ni promesas de un trayecto sin complicaciones, pero aun así partió, marcando un hito en la historia de la fe. Su reacción refleja la disposición de un corazón que confía plenamente en Dios.

Obedecer sin demora no significa actuar impulsivamente o sin oración; significa que, cuando reconocemos con claridad que Dios nos está llamando a algo, no dejamos que el miedo, la duda o la comodidad nos paralicen. A menudo, una de las mayores trampas para la fe es la postergación, la excusa de “mañana lo haré”. Sin embargo, cada retraso puede volverse un obstáculo para vivir el propósito divino.

Juan 14:15 nos presenta una relación directa entre el amor a Dios y la obediencia: “Si me amáis, guardad mis mandamientos". Aquí radica la motivación correcta para actuar en fe: no obedecemos para ganar el amor de Dios, sino porque ya somos amados y deseamos honrarlo. La obediencia no es una carga, sino el fruto de una relación de confianza y gratitud.

Con frecuencia, tememos al “qué dirán” o a las incertidumbres del futuro. Pensamos: “¿Y si me equivoco?” o “¿Y si no estoy escuchando bien a Dios?” Pero la fe verdadera se atreve a dar pasos aun cuando las variables no estén del todo claras. Esto no es una invitación a la imprudencia, sino a la dependencia genuina del Señor, quien promete sostenernos a lo largo del camino.

La demora en obedecer también puede surgir de un apego excesivo a nuestra zona de confort. A veces, preferimos la seguridad de lo conocido antes que el desafío de lo desconocido. No obstante, muchas de las obras más grandes de Dios se han manifestado cuando Sus hijos se aventuraron a lugares y situaciones nuevas, fiándose de Su gracia y protección.

La prontitud en la obediencia demuestra la seriedad con la que tomamos la voz de Dios. Si decimos que confiamos en Él, pero tardamos en seguir Sus directrices, corremos el riesgo de apagar la voz del Espíritu en nuestro interior. Dios no se impone forzosamente en nuestras vidas; Él espera nuestra cooperación y receptividad.

Un corazón dispuesto a obedecer sin demora también transmite testimonio a otros creyentes e incluso a los no creyentes. Cuando la gente ve que nuestra fe no es solo teoría, sino práctica cotidiana, se siente inspirada a buscar esa relación transformadora con Dios. La obediencia sirve como luz que ilumina y guía a quienes nos rodean.

El proceso de obedecer no siempre es sencillo. A menudo implica renunciar a sueños personales, a relaciones o incluso a la comodidad. Sin embargo, lo que ganamos siempre supera lo que dejamos atrás. Cada paso de obediencia nos acerca más a la plenitud que Dios tiene preparada para nosotros y nos capacita para ser instrumentos de bendición en manos del Señor.

Recuerda: Dios nunca te llama a algo sin capacitarte para hacerlo. Su gracia te acompaña en cada paso, ofreciéndote las fuerzas y la sabiduría necesarias para cumplir Su voluntad. Cuando damos ese “sí” a Dios, aunque sea tembloroso, abrimos la puerta para que Su poder se manifieste y para que nuestra fe crezca y madure.

Aplicación práctica

Reflexiona sobre un llamado o una instrucción divina que hayas estado postergando. Toma hoy la decisión de dar, al menos, el primer paso de obediencia. Hazlo en oración y con la certeza de que Dios te acompañará.

About this Plan

La Fe Y Las Obras: Viviendo Lo Que Creemos

Este plan de lectura de 5 días, titulado “La Fe y las Obras: Viviendo lo que Creemos”, te ayudará a desarrollar una fe activa, práctica y transformadora. A través de reflexiones profundas basadas en Santiago 2:17 y otros pasajes clave, descubrirás cómo vivir una vida espiritual sólida, obedecer a Dios con valentía, servir con amor y fortalecer tu fe en medio de las pruebas. Cada día incluye versículos bíblicos, una reflexión inspiradora y una aplicación práctica. Prepárate para pasar de una fe pasiva a una fe en movimiento que impacta tu vida y la de quienes te rodean.

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