Mujer Sellada - Parte 1Sample

Día 4: Un Corazón Sellado por el Amor

Un cortafuegos es un dispositivo que impide que cierto tráfico malicioso de Internet entre en una red informática. Casi todas las computadoras tienen un cortafuegos. Protege y defiende lo que está dentro de la máquina de lo que sucede afuera. El Sello de Dios es como este muro de fuego, que bloquea y quema el mal que intenta entrar en el corazón. El Sello de Fuego es la prueba de propiedad y el Escudo de Protección en el corazón de la Novia de Cristo.

Este Sello de Fuego sobre el corazón nos fue dado como un mandato a Moisés en el Primer Mandamiento de las Tablas de la Ley para ser la prioridad de la vida:

"No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20:2-3).

Jesús luego explica este Sello, que da identidad, como un Sello de protección y propiedad en el corazón humano, en el mayor Mandamiento por encima de todas las cuestiones de la vida:

"'Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas"(Marcos 12:30).

El deseo de amar a Dios con todo nuestro corazón no comienza con nosotros. Este Amor es una expresión de la realidad del Reino que existía mucho antes de la creación del mundo. Desde la eternidad pasada, Dios ha amado a la humanidad con todo Su Corazón.

Momentos antes de que Jesús demostrara este amor muriendo por nosotros en la Cruz, oró para que el amor con el que el Padre lo amó fuera marcado de manera sobrenatural en los seres humanos. La misma calidad de Amor que el Padre tiene por Su Hijo nos es otorgada divinamente, en parte en esta era y en plenitud en la era venidera.

Cuando Jesús ora por Su Compañera Eterna, Su Novia, dice al Padre:"Que Ella me ame con el mismo amor con el que el Padre me ama. Imprímelo en Ella de la misma manera en que el Padre me ama sobrenaturalmente".

Ese es el nivel de este Sello de Amor Ardiente. El mismo Amor con el que el Padre Ama al Hijo es el Amor del Sello de Fuego que tiene Poder sobre el corazón humano.

Mi Oración:

Padre Dios, ayúdame a amarte como Tú me amas, con todo Tu Corazón y Fuerza, incluso en mi debilidad. Examina mi mente y mis emociones, para que estén de acuerdo con Tu Corazón de manera sobrenatural. Sé que esto ocurrirá plenamente en la eternidad, pero también ocurrirá, en parte, en esta era, en mi vida. Espíritu Santo, enséñame a amar a Dios primero, con todo mi corazón, con todas mis fuerzas y con toda mi mente. Hoy, muéstrame cómo proteger mi corazón con este Sello de Fuego, en el nombre de Jesús. Amén.