Traslúcidos: Viviendo con integridad, propósito y capacidad de reflejar Su Luz.Sample

Traslúcidos viviendo nuestro propósito.

Cada uno de nosotros lleva dentro un sentido de propósito dado por Dios que nos moviliza. No estamos aquí por casualidad. Nuestra vida tiene una razón de ser, y cuando vivimos con esa conciencia, nos convertimos en reflejos vivos de Su luz.

Isaías 64:8b dice: “Obra de tus manos somos todos nosotros” y el Salmo 138:8 declara: “¡El Señor cumplirá Su propósito en mí; Eterna, oh Señor, es Tu misericordia; No abandones las obras de Tus manos”. Esto nos recuerda que nuestra existencia no es un accidente. Dios nos diseña con un propósito específico que Él mismo se encargará de completar.

En hebreo, la palabra propósito significa completar, terminar fielmente, perfeccionar. Esto nos muestra que el propósito no es solo un destino, sino un proceso, un caminar de fidelidad. Así como David servía al propósito de Dios en su generación, dedicándose a Él con fidelidad, nuestra vida encuentra sentido cuando nos rendimos a Su misión y abrazamos la forma en la que Dios quiere usarnos particularmente y en cada temporada.

Los traslúcidos no tienen miedo de reflejar el singular propósito para el cual fueron creados, porque saben que eso viene de Dios y le agrada a Dios. No se esconden ni se comparan, sino que abrazan su llamado con valentía. Saben que cada asignación, y en cada etapa que viven cumpliéndola en fidelidad, Dios está formando algo en su interior, incluso cuando parece que nada está ocurriendo.

Dios es eficiente, usa cada momento para transformarnos desde adentro. Te digo esto con certeza, porque ha sido real en mi propia vida. A veces, ser fiel a Dios implica cambios de ritmo, temporadas de espera, silencios inesperados o el desafío de moverte en terrenos desconocidos. Pero lejos de retrasarte en los objetivos que sueñas alcanzar, cada una de esas etapas son parte de un proceso que te hace florecer, incluso cuando no lo ves. Cumplir nuestro propósito no se trata solo de alcanzar sueños, sino también permitir que Dios moldee nuestro carácter en el camino. Recuerda, no es solo un destino, es un proceso.

Tampoco el cumplimiento de nuestro propósito se mide solo por logros visibles o grandes conquistas. Propósito, se trata también de ser fiel en lo que Dios te ha confiado hoy; como el amor de una madre entregándose en cuidado para sus hijos, los actos de servicio sostenidos que nadie ve o aplaude, la obediencia silenciosa, la fidelidad en lo que parece pequeño. Todo es igual de valioso. No podemos confundir constructores con distractores. Estas oportunidades benditas no intentan frenarnos, son más bien piezas esenciales de un plan divinamente orquestado para enseñarnos a valorar las cosas, con la medida justa con la que Dios las valora.

Cuando desconocemos las implicaciones de vivir nuestro propósito, corremos el riesgo de vivir opacos, sin dirección, persiguiendo metas equivocadas, perdiendo el gozo. Cuando elegimos llamado sobre comodidad y propósito sobre popularidad, caminamos en la plenitud del plan de Dios, porque el éxito fuera de nuestra misión nos vaciará tanto como el fracaso. Al contrario, cuando alineamos nuestros planes con los de Dios, abrazamos nuestras asignaciones, y caminamos a Su ritmo, experimentamos plenitud y reflejamos de forma traslúcida la manera única en la que nos está usando y nos seguirá usando.

Por último, la vida traslúcida es aquella que no se opaca con deseos egoístas ni se pierde en distracciones sin sentido. Es una vida que brilla con claridad porque se alinea con la voluntad de Su Señor y permite que Su luz se refleje en todo su actuar.

Reflexión: ¿Qué concepto has abrazado sobre lo que significa cumplir tu propósito?¿Hay alguna nueva perspectiva que Dios te ha iluminado hoy?

¿Estás valorando la singularidad de tu asignación o has caído en la tentación de compararte con otros?

¿Qué cosas en tu jornada las has llamado distractores o interrupciones, cuando más bien han sido constructores de tu carácter?

¿Cuál crees que es tu misión más importante en esta temporada, la que hace reflejar la luz de Cristo con más fuerza a través de ti?

Oración: Señor, rindo mis planes a Ti. Alinea mi corazón con Tu propósito. Abrazo con gozo cada asignación y temporada que estás usando para seguir embelleciéndome por dentro. Haz que mi vida refleje Tu luz cada vez con mayor claridad. Amén.