¿Gracia o Hipergracia? Discerniendo un Evangelio VerdaderoSample

DÍA 2: ¿Licencia para pecar?

El apóstol Pablo, en Romanos 6:1-2, se anticipa a una pregunta crucial: “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” Y responde enfáticamente: “¡De ninguna manera!” Aquí se marca una clara frontera entre la verdadera gracia y lo que algunos llaman “hipergracia”: la idea de que, por estar cubiertos por la gracia, no importa cómo vivamos.

Gálatas 5:13 nos recuerda que hemos sido llamados a libertad, pero no a usar esa libertad como ocasión para la carne. La verdadera gracia no se convierte en una excusa para pecar, sino en un poder para vencer el pecado. La enseñanza de la “hipergracia” distorsiona la esencia del Evangelio. Aunque reconoce la gracia de Dios, ignora que la gracia también nos llama a un cambio de vida y a la santidad.

Judas 1:4 advierte sobre aquellos que convierten la gracia de Dios en libertinaje, negando así la dimensión transformadora del mensaje de Cristo. Si tomamos en serio la obra de Cristo en la cruz, veremos que no solo nos limpia del pecado, sino que también rompe las cadenas que nos ataban a él. No somos libres para pecar; somos libres del pecado.

La gracia, por ser un regalo tan sublime, nos mueve a vivir en obediencia y gratitud. No actuamos por miedo a la condenación, sino por amor al Dios que nos amó primero. A medida que maduramos en la fe, nos damos cuenta de que el llamado no es “hacer lo que se nos antoje”, sino caminar en la voluntad de Dios, experimentando la verdadera libertad que solo Él da.

El desequilibrio ocurre cuando tomamos un aspecto de la verdad bíblica (la inmensidad del perdón de Dios) y excluimos otro (el llamado a una vida santa). Una teología sana integra ambas realidades.

Reflexiona: ¿Cómo entiendes tu libertad en Cristo? ¿La has usado como motivo para apartarte de la voluntad de Dios o, por el contrario, te ha acercado más a Su corazón?

Aplicación práctica

Revisa tu vida diaria y pregúntate: “¿Hay algún comportamiento o hábito que estoy justificando indebidamente bajo la ‘gracia’?” Pídele al Espíritu Santo que te muestre las áreas en las que necesitas arrepentimiento y fortaleza para cambiar.