COMO UN NIÑO

Consultar a Dios es adoptar una actitud de asombro y admiración, como un niño. La definición de la palabra “consultar” es hacer preguntas, investigar, observar, inquirir . Solo investigamos las cosas sobre las que deseamos saber más. Si no tenemos hambre de aprender o no tenemos una revelación de nuestra falta de entendimiento, no investigaremos, no haremos preguntas ni indagaremos. Los niños son vistos como algunos de los mejores consultores porque entienden que no tienen todas las respuestas. Buscan a aquellos más sabios que ellos para que los instruyan, los guíen y les den entendimiento. Esta es la esencia de la conversación con Dios: consultar con Dios para descubrir lo que hay en Su corazón y Su mente. ¿Cuándo fue la última vez que buscaste a Dios para pedirle Su opinión sobre una situación, decisión o circunstancia? Jesús dice en Mateo 18:3: “…Si no os volvéis y os hacéis como niños pequeños, no entraréis en el reino de los cielos…”. Para conversar con Dios es necesario ser como un niño.

Para poder averiguar si verdaderamente, debemos acercarnos a Dios con humildad y con hambre de ver las cosas desde Su perspectiva. Si esto no es algo que deseas o practicas con regularidad, puede ser que estés siendo llenado y satisfecho temporalmente por algo que nunca estuvo destinado a ser así o que haya un área en la que puedas crecer en mayor humildad con Dios. Hoy, ¡pídele a Dios que restaure tu semejanza de niño con Él!

ORACIÓN

Padre, gracias por abrirme un camino para comunicarme contigo. Perdóname por cualquier área en la que haya perdido el asombro y la admiración por Ti. ¡Tú eres el Señor de mi vida! Restáurame el asombro y la admiración de un niño. Amén.

APLICACIÓN

• ¿En qué áreas de tu vida has dejado de consultar a Dios? ¿Por qué?
• Arrepiéntete y devuélvele esas áreas a Dios. ¡Pídele que te dé sabiduría!
• Pídele a Dios que te devuelva el asombro, la admiración y el gozo de la salvación.