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OBEDIENCIA:

Según la Real Academia, obedecer es: Cumplir la voluntad de quien manda. Por otro lado, Cumplir es: Llevar a efecto algo. Cumplir un deber, una orden, un encargo, un deseo, una promesa.

Entonces obediencia, se trata más del que expresa su deseo o voluntad que de nosotros.

La obediencia a Dios siempre dará buenos frutos. El Señor le dijo a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela … y haré de ti… y te bendeciré. Me gustan esos “Y” de Dios, son una garantía para nuestra alma y corazón, ante una orden de él.

En ocasiones pensamos que las órdenes de Dios son etéreas y misteriosas, sin embargo, a la luz de la Palabra este pensamiento se desvanece.

Los planes de Dios para nosotros son como un proyecto arquitectónico terminado, no son improvisados, ni tampoco inconclusos, tienen un propósito.

Asegúrate de prestar atención a la voluntad de Dios para obedecer y vivir en plenitud.

¿Para este nuevo año, qué instrucciones te ha dado Dios para obedecer?

Tómate un tiempo para meditar: qué te ha mandado hacer y que tan obedientemente, has respondido a ese llamado.