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¿Qué es disciplina?

La disciplina como hábito es la capacidad de una persona de llevar a cabo una tarea de manera ordenada y en un tiempo establecido.

La disciplina forma hábitos nuevos y beneficiosos que nos ayudan a tener orden sobre nuestros pensamientos. Según Caroline Lif, dice que "un hábito se forma en 21 días", o sea que esto no se logra de un día para otro, pero si estamos dispuestos paso a paso, lograremos esos hábitos nuevos que Dios quiere que tengamos.

Si profundizamos en la Palabra de Dios, ella nos mostrará que el primer hábito o la primera disciplina que hubo en la tierra fue "cuidar un huerto". Dios colocó a Adan a labrar el huerto; allí Adan tenía que ir de día en día a hacer cosas que parecían repetitivas: labrar la tierra, regarla y esperar en el tiempo oportuno la cosecha de aquello que había trabajado (Genesis 2:15).

Cada vez que labres el huerto de tu mente y hables un pensamiento de parte de Dios, ella está generando una cosecha que se verá en los próximos días; por eso tienes que estar de día en día, labrando el pensamiento de tu huerto, y ser fiel, paso a paso. Dios te dará victorias hermosas y asombrosas.

Así mismo son los centinelas; cada vez que un versículo bíblico se arraigue a tu mente, este se volverá más fuerte, más preciso en su forma de ataque a pensamientos opresivos y vas a ver hermosos resultados.

Te sugiero que coloques en una hoja pegada a tu pared del cuarto, varios versículos bíblicos que desees memorizar, y que lo declares al levantarte y al dormir.

Por ejemplo:

"Con amor eterno me ha amado Dios, por lo tanto me prolongo su misericordia" (Jeremias 31:3).

"Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas" (Salmos 46:2-7).

"Mi pacto con ella fue de paz y vida" (Malaquias 2:5).

Y así sucesivamente, y de allí entrena tu mente para que ponga su enfoque en la Palabra de Dios y no en las circunstancias. Hazlo cuando te sientas feliz, cuando te sientas triste, cuando te sientas aburrido, cuando sientas que no está dando resultado, porque estás librando una batalla, y Dios ya te entregó la victoria, pero debes mantenerte firme.