El caleidoscopio del liderazgo

El liderazgo no es estático. Si queremos que sea efectivo y supla las necesidades de las personas, debemos ver con atención cuál es el contexto en dónde estamos y qué carencias existen. Si no hacemos esta evaluación, no podremos tener un liderazgo asertivo; y al final nuestro proyecto culminará antes de haber comenzado.

Si eres un líder, deja de lado tus suposiciones de cómo crees que funcionan las cosas. En lugar de ello, hazte las siguientes preguntas:

• ¿A quiénes voy a liderar? (Género, edad, etc.)
• ¿Cuál es el medio que utilizan para comunicarse?
• ¿Cuál es el lenguaje que más emplean y cuánta atención prestan?
• ¿Cuáles son sus necesidades más urgentes?
• ¿Cuál es el mayor impedimento para que sean parte de una comunidad de fe?

Hacer preguntas abiertas (es decir, que tengan una respuesta larga y no un simple «sí», «no» o «no sé») hará que encuentres las carencias del grupo que lideras, además de una forma estratégica de llegar hasta ellos.

Si una táctica no funciona, entonces es momento de hacer un cambio. Recuerda que solo porque un método funcionó en un lugar, no significa que tendrá el mismo efecto en los mismos grupos de personas. Cada comunidad es diferente y requiere métodos distintos.