EJERCICIOS ESPIRITUALES: Fortaleciendo nuestra relación con Dios.Sample

LA ORACIÓN: EL CAMINO A LA PRESENCIA DE DIOS.
La oración es la llave que nos abre la puerta a la presencia de Dios. En palabras de Janne Guyon: “… Tú has reconocido que la oración es la verdadera forma, la forma real, de hallar a Dios” (Janne Guyon).
Gracias a la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 2:18), podemos acercarnos a Dios en cualquier momento y en cualquier lugar, sin que exista nada ni nadie que nos lo pueda impedir (Romanos 8:35-39). En palabras de Charles Spurgeon: “Nadie puede establecer una barrera entre un alma que ora y su Dios”.
Hace aproximadamente 500 años, Lancellot Andrewes, escribió una lista de los tiempos de oración en la Biblia: “Siempre ... Sin cesar ... En todo tiempo ... Tres veces al día ... Tarde, mañana y mediodía ... Siete veces al día ... Por la mañana, un buen rato antes del día ... Al alba ... La hora tercera ... Sobre la hora sexta ... La hora de la oración, la novena ... La tarde ... Por la noche... A medianoche ...”. Después, escribió una lista de los lugares de oración en la Biblia: “En la asamblea ... y en la congregación ... Tu armario ... Una habitación alta ... Un tejado ... El templo ... En la orilla ... Un huerto ... En sus camas ... Un lugar desierto ... En todo lugar ...”.
Estando en la presencia de Dios, debemos disfrutar de la todo lo que significa estar allí: "Tú debes tener esto en mente: tu único propósito es ser lleno hasta desbordar con la divina presencia de Jesucristo y, allá en lo recóndito de ti, estar preparado para recibir de Él cualquier cosa que Él escoja otorgarte … Ahora una bienaventuranza celestial es tuya. Tú empiezas a descubrir que Dios está más íntimamente presente para yi, que tú lo estás para ti mismo, y una gran percepción del Señor comienza a venir a ti” (Janne Guyon).
En la presencia de Dios, el Espíritu Santo nos guiará en escoger los ejercicios espirituales que requiere nuestra alma para fortalecerse y disfrutar de la comunión con el Padre (Romanos 8:26-27).
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El crecimiento y fortalecimiento de nuestra relación con Dios depende del tiempo que dediquemos a permanecer en su presencia y de la forma en que lo hagamos. Dios pone a nuestra disposición una diversidad de ejercicios espirituales que podemos utilizar para acercarnos, conocerlo y disfrutar de su presencia.
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