El Cuarto De EsperaSample

Guarda tu corazón
¿Cómo se guarda el corazón? ¿Cómo se puede impedir que las emociones dañinas entren en él y produzcan consecuencias indeseadas? Hay tres maneras principales de hacer esto:
• Llenando nuestra mente con la verdad de Dios: Entre más llenes tu mente con la verdad de Dios, más sano será tu corazón. Esto lo hacemos leyendo la Biblia, participando de una comunidad espiritual saludable y estableciendo relaciones significativas con personas que hablen palabras que van de acuerdo con la manera de pensar de Dios.
• Siendo diligentes para perdonar: El perdón es la herramienta más poderosa para evitar que el corazón se resienta y se amargue. Es cierto que hay heridas que son muy difíciles de perdonar, pero no podemos darnos el lujo de no hacerlo, ya que la amargura es como una raíz que termina afectando todas las áreas de nuestro ser y tiene la capacidad de dañar las relaciones más significativas y llevarnos a renunciar al propósito.
• Practicando el agradecimiento en toda circunstancia: el agradecimiento es fundamental para mantener la esperanza, especialmente en tiempos de crisis, ya que le recuerda a nuestro corazón todas las bendiciones que ha recibido y eso lo motiva a creer que si Dios lo hizo en el pasado, con seguridad lo hará en el presente.
Quisiera aclarar algo: cuando la Biblia habla de guardar el corazón, no se refiere levantar una muralla alrededor de él y convertirlo en algo impenetrable. Esto terminaría por robarle a la persona la capacidad de establecer relaciones cercanas, las cuales son necesarias para disfrutar la vida. Guardar más bien se refiere a proteger a través del establecimiento de unos límites saludables que le permitan a la persona tener autoridad sobre qué deja entrar en su corazón y qué no.
Dios quiere que nuestros corazones estén abiertos a Su voz y siempre alerta para filtrar por medio de Su palabra todo lo que quiera entrar en Él.
Oración:
"Padre hoy decido guardar mi corazón y llenarlo de Tu palabra todos los días. Decido tener un corazón perdonador y agradecido. Padre sana mi corazón.Amén".
Aprendamos a valorar más la relación con Dios que las bendiciones que podamos recibir de Él.
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¿A quién le gusta esperar? Yo creo que a nadie. A través de este devocional quiero compartirte lo que aprendí en mis tiempos de espera.
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