Dios con nosotrosSample

Dios con nosotros: en medio del dolor En Lucas 1, vemos cómo comienza a desarrollarse la historia de la Natividad. María, una adolescente común, es visitada por el ángel Gabriel. Le dice a María que no tema, y le transmite un mensaje de parte de Dios diciéndole que concebirá y dará a luz a un hijo. Será el muy esperado Salvador, el Hijo del Dios Altísimo, y su nombre será Jesús. La adolescente María quedó confundida: «¿Cómo podrá suceder esto, puesto que soy virgen?». Gabriel le explica, que el Espíritu de Dios lo hará posible, aunque, según los estándares humanos, nunca podría suceder. María responde con palabras llenas de fe, aceptando la tarea que se le ha encomendado. Es difícil para nosotros imaginar el grado del dolor que María experimentaría debido al alegre mensaje de Gabriel. Por un lado, el mensaje contenía un gran honor para María; ¡había recibido el favor de Dios! De toda la gente de la Tierra, María había sido escogida para traer al Salvador al mundo. Por otro lado, embarazarse en este momento de su vida le traería vergüenza a sí misma y a su familia. María estaba desposada con un hombre llamado José, lo cual significaba que estaban unidos legalmente en matrimonio, aunque no habían consumado todavía su relación. Si la comunidad descubría que estaba embarazada, las noticias provocarían un escándalo, trayendo vergüenza sobre José, María y sus familias. Conforme a la Ley, incluso podría ser apedreada. Por naturaleza, suponemos que las grandes alegrías de la vida vienen con nuestro mayor placer. No obstante, lo que vemos aquí es un ejemplo de la alegría verdadera brotando del terreno del dolor. Reflexión ¿Hay una situación que me esté provocando confusión o dolor? ¿Cómo puedo considerar mi situación como una oportunidad para la alegría y experimentar la presencia de Dios en lugar de gran aflicción? Oración Señor, algunas veces la manera en que haces las cosas me parece que está al revés. Abre mi corazón para entender y experimentar verdadera alegría, incluso cuando las circunstancias de la vida real sean dolorosas.