¿Y si es algo nuevo? ¿Y tendrá un nuevo nombre?

Era un hombre muy anciano para tener hijos, iba al templo una y otra vez a presentar su oración, creyendo que Dios de alguna forma podria consolarle. Hasta que llegó el dia. Zacarías tuvo una visión y un ángel le dijo que tendría un hijo. Zacarías dudó y por consecuencia no pudo hablar más hasta que se cumplió.

¿Cuántas veces pedimos algo y Dios nos promete que nos dará aquello que pedimos y aún dudamos? Bueno, a Zacarías también le pasó. Pero ahora me quiero enfocar en el día que el niño nació. Todos querían saber el nombre del niño, todos tenían una lista larga de cómo podría llamarse, pero la mamá dijo un nombre inesperado: Juan Era algo nuevo, no se había usado en su familia y todos estaban maravillados con el nombre que ahora tendría.

Dios muchas veces trabaja así. No tiene que guiarse por la lista que hacemos, ni por lo que nos parece. Solo nos dice: Es un nombre nuevo, nunca lo habías escuchado pero así se llama. Vienes de muchos antecedentes familiares, tradiciónes y costumbres, pero Dios viene y se mete allí para que dejes todo lo que conoces y comiences una nueva historia, con un nombre nuevo (Isaías 56:5).

Dios te da una nueva historia y también un nombre nuevo. Dios no tiene que esperar a que alguien le confirme si ese nombre es agradable o no. Él solo lo hace.

Juan no solo se llamaba distinto a todos sus familiares, también vestía distinto (venia de una linea sacerdotal y ellos tenían vestuarios especiales como sacerdotes, además que una parte de su vida era estar en el templo). Él vestía con pieles de camellos y vivía en el desierto.

Dios cambia la forma en que va a trabajar en tu vida, lo único que no cambia son Sus principios y Su Palabra, asi como Juan amaba a Dios, tambien lo hacía Zacarías y Elizabet, y así como Juan temía a Dios así lo hacían sus padres. Pero, Dios utiliza sitios nuevos, lugares nuevos, nombres nuevos y experiencias nuevas, porque Dios es así, siempre hace algo nuevo.

¿Y si tienes un bebé Zacarías a pesar de tu edad? ¿Y si ya respondí tu oración? ¿Y si es algo nuevo y que nos has visto antes? ¿Y si tendrá un nuevo nombre?

No es el nombre que esperabas pero créeme que ese nombre ya Dios lo conoce (Isaias 62:2).