Gracias, DiosSample

«Vagando en oscuridad Buscando dónde ocultar Mi corazón Cansado está Con mis fuerzas lo intenté Pero no pude vencer Perdí mi rumbo Perdí mi hogar». ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste como si estuvieras vagando y vagando, pero terminaste exhausto y vacío? Tal vez sea tu vida de oración, cuando le haces la misma pregunta a Dios una y otra vez sin respuesta. Tal vez sea tu futura carrera o prospectos de trabajo lo que te hace sentir tan confundido y perdido, dudando del plan de Dios para tu vida. O tal vez, te has sentido distante de Dios por un tiempo y no importa cuánto lo busques, solo encuentras más frustración. Sea lo que sea, la Palabra de Dios tiene un hermoso mensaje para ti sobre un Padre que siempre nos perseguirá, ¡sin importar qué! Mateo 18: 12-14 nos trae una parábola que nos muestra cómo el Señor responde a nuestro «vagar en oscuridad». «¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada?» (Mateo 18:12 NVI). El Señor es nuestro pastor, nos guía y garantiza nuestra seguridad. Cada vez que una de las ovejas del pastor vaga, ¡no las dejará así! El pastor buscará a lo largo y ancho por esa oveja, solo para traerla de vuelta al redil de manera segura. Toma un momento para reflexionar sobre en qué área te sientes más distante de Dios. ¿Sabes que Él te perseguirá, incluso allí? Aun en medio de la depresión. Aun en medio del dolor. Aun en medio de la duda y la incredulidad. Aun en medio de un pecado profundamente arraigado. ¡El Señor dejará los noventa y nueve para ir a rescatarte! Y aún mejor, está emocionado de rescatarte. « Y, si llega a encontrarla, les aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. » ( Mateo 18:13 NVI) Ora con nosotros: Señor, te damos gracias porque eres un Padre que nos ve cuando vagamos en oscuridad. Te damos gracias porque nunca nos abandonas en nuestras luchas, sino que nos ofreces refugio de ellas. Señor, hoy estamos cansados y nos sentimos como un saco de huesos. Déjanos ahora alejarnos de Ti, pero en su lugar tráenos de vuelta a Ti mismo. Padre, lucha por nosotros y sé nuestro refugio. Amén.