La Biblia en un AñoSample

Reflexión: ALABEMOS A DIOS

"A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios. Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos" (Salmos 119:62-63).

Sinceramente no recuerdo las palabras del predicador del día que asistí por primera vez a la iglesia; pero, no olvido que, cuando regresé a casa no podía dejar de repetir las canciones que había oído. ¡Qué lindo es cuando podemos alabar a Dios todos juntos en su casa! Aún es más sublime cuando en todo tiempo la alabanza está de continuo en nuestra boca. La alabanza no se halla circunscripta a un lugar o un momento determinado, sino que va con nosotros a donde quiera que vayamos. A la vez, la alabanza es un arma poderosa que Dios nos ha dejado, y pocos la toman como tal. “Golpe de espada es la alabanza, golpe de guerra que sale de Dios”.

Cuando alabamos a Dios los ambientes cambian, la atmósfera se transforma. ¿Por qué se da todo esto? Porque se cumple la Palabra que afirma que Dios habita en medio de la alabanza, Él hace Su morada y, donde está el Señor hay libertad, hay gozo, hay milagros y todo tipo de manifestaciones poderosas.

Desafío: Te desafío a que hoy eleves una alabanza a Dios: si estás desanimado o con pocas fuerzas, experimentarás en pocos minutos el cambio de ánimo y de humor. Aun si te encuentras en bendición, ¡alaba! Cada día en tu automóvil, en tu casa o en tu trabajo escucha alabanzas, empezarás a ver una diferencia notable en cada uno de tus días.