Cuidar el mundo

Imagínate una tierra llena de elefantes, chimpancés, gorilas, hipopótamos, leopardos, leones y cientos de otros animales. Más de 1.000 especies de aves revolotean por el aire y más de 10.000 plantas tropicales diferentes crecen aquí. La tierra es rica en caucho, madera, cobre, diamantes, estaño y oro. Y más de setenta y cinco millones de personas llaman a este lugar su hogar. ¿Dónde queda este increíble lugar? La cuenca del Congo, en África.

La cuenca del Congo es la zona que rodea al río Congo, el más profundo del mundo. Con 720 pies de profundidad, se podrían apilar dos estatuas de la libertad una encima de la otra y aún así seguirían debajo el agua. El río tiene 2.920 millas de largo y cruza el ecuador dos veces. Toda esa agua cerca de las calurosas temperaturas del ecuador crea el entorno perfecto para la segunda selva tropical más grande del mundo. (¡La selva amazónica ocupa el primer puesto!)

Pero la cuenca del Congo está en peligro. Los cazadores furtivos matan demasiados animales, la selva tropical se tala y las frecuentes guerras no ayudan a nadie.

Dios nos dijo que cuidáramos de la Tierra, incluso de aquellas partes que están al otro lado del mundo (Génesis 2:15). ¿Cómo puedes ayudar al Congo? Una de las formas tiene que ver con los alimentos que se cultivan en los bosques tropicales o cerca de ellos, como los plátanos y el cacao. Pide a tus padres que busquen alimentos cultivados de forma sostenible. Eso significa que la agricultura no daña a los bosques. Las pequeñas cosas pueden marcar una gran diferencia cuando trabajas con los que te rodean y con Dios para hacer del mundo un lugar más limpio y feliz.

Oración

Dios, muéstrame lo que puedo hacer hoy para hacer de este mundo un lugar mejor y más hermoso. Amén.