¿De Que Estas Hecho?Sample

Sigue el fluir.

Confesión central: “Por sobre todas las cosas, enfocaré mi vida en el SER por sobre el HACER. Nunca más el activismo me distraerá del Propósito eterno”.

Reflexión:

Han pasado 39 días desde que comenzaste a recibir estos devocionales, cuya estructura, dirección y propósito fue inspirado por el Espíritu Santo. No me cabe duda de que una de las mayores revelaciones que Él está trabajando en sus hijos en este periodo de crisis que a nivel mundial se vive, tiene que ver con el SER, con la esencia, con la naturaleza misma que nos habita. Al hacer un repaso de lo que hemos visto, hay ideas que siento que vamos a seguir masticando y profundizando, quién sabe, en un libro futuro sobre esta temática que recibiste gratuitamente en estas semanas.

El fluir del Espíritu es la regla de base de nuestra Vida. El sábado pasado escuchaba a mi amigo, el pastor Esteban Briones, en su clase del Reino de Dios. Ahí, él decía que nosotros somos “cristianos” no porque seguimos a Cristo, como si se tratara de una religión cualquiera; somos cristianos porque poseemos la Vida que es Cristo Jesús mismo. Para ese día, tenía planeadas algunas cosas “espirituales” que hacer, pero la voz del Espíritu resonó en mi interior y tuve que cancelar todo: transmisiones, estudios preparados que debía compartir, trabajar en otros asuntos relativos a la Iglesia. Fue un día de guardar silencio. ¿Cómo pude llegar a eso? ¿Acaso Dios no se agrada de las cosas espirituales que hacemos en su nombre? Y fue ahí donde este último devocional cobró sentido para mí y quiero compartírtelo: Somos aceptados por Dios en el SER, pero eso no es garantía de que nuestro HACER sea aprobado. Muchas cosas espirituales que hacemos provienen del impulso de la emoción, no del Espíritu de Vida. ¿Tiene algo de malo eso? ¿Acaso Dios no se agrada de lo bueno que yo pueda hacer? La respuesta es una: No. Dios no tiene relación con lo bueno o lo malo en nosotros, Él solo tiene relación con LA VIDA. Lo contrario de la VIDA es la MUERTE. Ese es el principio bajo el que opera Satanás. La pregunta correcta sería entonces: ¿Cómo sé que estoy haciendo lo que Dios quiere que haga? ¿Cómo sé que estoy en la perfecta voluntad de Dios? ¿Cómo saber si lo que voy a hacer es del Espíritu o es solo algo pasajero?...

Eres del Espíritu. Eres como el Viento. Dios te sopló desde su interior. Muchos creen conocerte, saber lo que eres según lo que haces. Muchos creen entenderte por tus reacciones, por tus pensamientos, por lo que hablas; pero Jesús le dice a Nicodemo: “Así son la gente del Espíritu: como el viento, no sabes de dónde vienen ni a dónde van…” Así eres tú también. Tu origen y tu destino son desconocidos para los que viven de acuerdo con el bien y el mal. Personas que amabas te han juzgado por querer obedecer a Dios, por comprender la profundidad de la Vida en Cristo, incluso, te han mirado raro cuando dices que “Dios te habló”. ¿Por qué te avergüenzas de eso? ¿Por qué te cuestionas tanto? ¿Qué está limitando el fluir en tu interior? En este último devocional, solo quiero desafiarte a que rompas tus limitaciones, a que superes la valla que quiere ser un obstáculo a lo Eterno que hay en tu interior. ¿Hasta cuándo te refrenarás? ¿Hasta cuándo dudarás entre dos pensamientos? ¿Cuándo será el día en que decidas ser un Hijo, una Hija del Viento? No eres como el resto. Impredecible es tu segundo nombre. Satanás cree conocer tus debilidades, tus pecados, tus derrotas, tus pensamientos más oscuros. Su estrategia es apretar los botones de tu corazón para que tú solo saltes hacia la inmundicia. Pero ¿sabes? Eso también es una mentira. No eres predecible. No eres tu debilidad. No eres tu inmundicia. No eres las palabras que no quieres decir. Eres del Viento, nadie puede controlarte, nadie te domina. Solo Aquel que calma los vientos y las tempestades puede hacerlo. Él verdaderamente quiere hacerlo. Tu naturaleza es indómita, salvaje, violenta, fuerte, con potencia. No eres un domesticado por el sistema. No eres un amansado por las tinieblas. No eres un soldado herido. Eres un guerrero poderoso. Una profetiza. Un sacerdote. Una portadora de buenas noticias.

Hay mucho más por ver, por disfrutar, por desarrollar en el SER. Esto es superior a cualquier cosa que pudieras HACER.

¿Quieres disfrutar la verdadera libertad? ¿Quieres experimentar el verdadero evangelio? ¿Quieres ver milagros en ti? Deja de HACER, y permite que Dios obre en tu SER. Toma asiento. Somos varios en esta fila esperando nuestro turno. Otros ya se han introducido al proceso del desierto. Otros están saliendo victoriosos. Otros, tristemente, fueron probados y salieron reprobados; otros, incluso, se han reprobado a sí mismos. Sea en el estado que sea que te encuentres, la noticia sigue estando vigente: Hay una nueva oportunidad. Dios no se ha cansado de ti ni de mí.

No eres lo que haces. No te define lo que piensas. Eres lo que eres por naturaleza.