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Escrito por Isabel, 17 años de Indianápolis, IN, EE. UU.

¿Puedes recordar un momento en el que te sentiste solo? Creo que todos podemos hacerlo. Ya sea que estuvieras en la escuela y nadie se sentara contigo a la hora del almuerzo, o que estuvieras en una habitación llena de gente pero no tuvieras con quien hablar. Quizás estabas a punto de quedarte dormido y te sentías solo. En algún momento todos hemos experimentado sentimientos de soledad. Cuando estamos en medio de nuestra soledad, a veces es difícil pensar que hay personas que nos aman y se preocupan por nosotros. A menudo, nos preguntamos si a la gente realmente le agradamos, o nos decimos a nosotros mismos que no hay razones por las que la gente pueda amarnos. Sin embargo, nada de eso es una preocupación cuando se trata de Dios. 

Jesús mismo nos prometió que estaría con nosotros para siempre. No importa cuán solos nos sintamos, podemos saber que Jesús está en nuestra esquina y que nunca nos dejará. Puedes ir por la vida sabiendo que dondequiera que estés, cualesquiera que sean las decisiones que hayas tomado y, por mucho que te hayas equivocado, Dios todavía está a tu lado. Incluso cuando sientas que no tienes a nadie a quien acudir, puedes tener certeza en la promesa que Jesús te hizo y que él estará contigo hasta el fin de los tiempos.

Entonces, la próxima vez que sientas que está solo, recuerda, Dios está contigo. Habla con Dios sobre tu soledad y pídele que te muestre cómo te ve.