Primicias, Una Vida en Abundancia Sample

Día 2: La diferencia entre diezmos y primicias Mi argumento más grande para no dar primicias era que yo ya daba diezmos, entonces le dije a mi amigo pastor que me estaba animando a dar primicias que para mí los diezmos y ofrendas eran lo mismo que primicias; él me explicó que los diezmos y las ofrendas son lo que le entregamos a Dios de las cosechas que ya hemos recibido, es agradecer y honrar a Dios por lo que ya nos dio. Las primicias en cambio son una ofrenda en fe, al inicio de una temporada, antes de recibir las cosechas. Es de fe porque no sabemos cómo va a venir el año y cómo van a estar las cosechas. Cuando el pueblo de Dios daba primicias no sabían cuánto fruto darían las huertas o los campos o cuando daban el primogénito de sus rebaños no sabían cuántas crías más daría la vaca o la oveja en el curso de su vida, pero lo daban en fe, confiando en Dios para que Él multiplicara Su provisión para esa temporada. Ahora, tanto los diezmos como las primicias, se practican bajo el principio de lo primero para Dios. Eso significa que el diezmo es darle a Dios el primer 10% de lo que he recibido para que Dios santifique y bendiga el 90% restante; o sea, mi diezmo es el primer monto asignado de mi presupuesto y lo primero que aparto de los ingresos que he recibido, antes de pagar otra cosa, aparto mi diezmo. Y las primicias es darle a Dios lo primero y lo mejor al inicio de la temporada para que Dios multiplique mis cosechas futuras; o sea que mi primer plan en el año es honrar a Dios. Todos tenemos proyectos y planes, pero lo primero que hacemos es honrar a Dios. Recientemente un amigo que es cirujano plástico y lleva años de cristiano me comentó que toda la vida había diezmado y ofrendado, pero nunca había probado dar primicias. El año pasado que me escuchó enseñar al respecto decidió probarlo. Dios le puso una cantidad en el corazón que requirió de fe y de esfuerzo para juntarlo y en enero lo entregó a Dios en la iglesia. Me dijo que durante años había trabajado tres distintos trabajos para proveer para su casa, en consultorio privado y en dos hospitales, era difícil, pero Dios siempre lo bendecía; pero después de dar sus primicias, ese mismo año, Dios aumentó tanto el trabajo de su consultorio privado que pudo dejar el trabajo en los hospitales, ahora tiene mayores ingresos que antes y vive con más tiempo para su familia y para Dios; además, dice que Dios le ha dado mucho prestigio entre sus colegas y pacientes, algo que nunca había experimentado. Así escucho historias cada año. Kelly y yo también hemos visto una gracia mayor sobre nuestras finanzas y nuestra influencia desde que practicamos el principio de primicias al inicio del año. Mi oración es que Dios te guíe en esta área de tu vida y veas los beneficios de poner a Dios en primer lugar.