El Regalo Más GrandeSample

[IMAGE CONTENT] Semana 6 - Día 2 Paz en tu Mente Lectura: Filipenses  4:2–9 DEVOCIONAL: Filipenses 4:6–8 “No estéis preocupados por nada, sino más bien, dad a conocer vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, pensad en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es de buen nombre: si hay en ello alguna virtud, si hay algo loable, pensad en ello.” ¿Alguna vez te has preguntado por qué es tan difícil cambiar la manera de pensar sobre ciertas cosas en nuestras vidas, en nuestras circunstancias o sobre nosotras mismas? Las Escrituras nos dicen que nuestras palabras provienen de lo que está en nuestro corazón (Lucas 6:45). Como le hablamos a los demás y a nosotras mismas es producto de lo que está en nuestro corazón. Nuestros pensamientos siguen a nuestro corazón y nuestras palabras siguen a nuestros pensamientos.  Quizás has escuchado la expresión: basura que entra, basura que sale. Cuando se trata de nuestra vida de fe, los corazones llenos de Dios, la gracia y el evangelio dan buenos frutos en pensamiento, palabra y acción. Los corazones que se centran en las expectativas y demandas del mundo darán malos frutos. A través de la salvación y con la ayuda de Dios, podemos ser, como dice Romanos 12:2, transformadas por la renovación de nuestras mentes. Y esa transformación puede marcar la diferencia entre sobrevivir y prosperar. Se ha dicho que Satanás no necesita destruirnos, solo distraernos, para evitar que cumplamos los planes que Dios tiene para nosotras. ¿Qué mejor manera que distraernos con el ruido del mundo, llenando nuestros corazones y mentes con todas las cosas que pensamos que deberíamos estar haciendo, pero luego perdiéndonos la obra satisfactoria que Dios tiene para nosotras? La ciencia nos dice que nuestros pensamientos crean patrones en nuestro cerebro que cambian el terreno de nuestro cerebro, células y genes. A medida que los pensamientos viajan, crean caminos que crean hábitos. La ciencia y las Escrituras están de acuerdo, sin embargo, en que realmente podemos cambiar de opinión. Con Dios, podemos cambiar la dirección de nuestros pensamientos. No es imposible, pero no podemos hacerlo solas. Todos los pensamientos tóxicos deben ser derribados para hacer espacio para que podamos habitar con Jesús, sirviendo a Su reino con confianza y paz. Oración Dios, gracias por darme una manera de cambiar de opinión para que mis pensamientos se dirijan hacia cosas verdaderas y dignas de alabanza. Ayúdame a desarrollar el hábito de la oración para que mis preocupaciones y pensamientos ansiosos puedan encontrar paz en Tu presencia. Amén.