Lucha Y Triunfo: Quién Dice Dios Que Somos en CristoSample

[IMAGE CONTENT] ## En Cristo, somos aceptados y honrados "Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien." Salmo 139:13-14 En el Salmo 139, el escritor, David, explora uno de nuestras necesidades más profundas y miedos más grandes. Ser verdaderamente conocido. En el primer verso del Salmo 139 dice, "Oh Jehová, tú me has examinado y conocido". Y se continúa reflexionando en la presencia infinita de Dios en su vida. Antes de que David diga cualquier palabra, Dios lo sabe. Antes de que la mente de David piense algo, Dios ya lo sabe. No importa donde él vaya, el Espíritu Santo está ahí. Incluso si David se fuese al fondo del océano, Dios estará ahí. Ser conocido de esta forma es aterrador. Queremos que nuestro entrenador esté al tanto de nuestra fuerza, como la velocidad en la que aprendemos una habilidad o la manera en la que animamos a nuestros compañeros. Pero no queremos que el entrenador sepa que nos peleamos con los árbitros o que nos cuesta seguir las grandes jugadas. Ser conocido al 100% no deja lugar para secretos. Pero ésta es la belleza de la Palabra. Aunque Dios haya visto todo y cada uno de nuestros pecados, errores y defectos, nos amó hasta el punto de mandar a su propio hijo para morir en nuestros pecados para que podamos tener una vida eterna con Dios. En el libro "El significado del matrimonio," El pastor Tim Keller dice, "La Palabra dice así: Somos más pecadores y defectuosos de lo que nos podríamos imaginar, y aun así a la misma vez, somos más queridos y aceptados por Jesucristo de lo que nos podríamos imaginar." Dios nos hizo únicos y hermosos para que seamos una representación de su imagen y gloria. Aplicando: Pasa un tiempo orando hoy, honestamente compartiendo con el Señor qué está pasando en tu alma y preguntándole que te ayude a desvelar posibles cicatrices en ti. Agradécele por su eterna presencia y acogida, hasta cuando cometes errores.