CorajeSample

Un compañero de batalla En el libro de Josué, hay un poderoso versículo que ordena fuerza y coraje. Después de entrar finalmente en la Tierra Prometida, el pueblo de Israel tuvo un nuevo líder llamado Josué. El Señor les recordó, a través de Josué, el llamado al coraje. Dios no estaba hablando a su pueblo sobre el coraje por casualidad. Les recordó circunstancias muy específicas, incluso cuando se negaron a luchar. Les recordó los desafíos que habían enfrentado. La primera generación de israelitas se movía por temor. Dios los había preparado para confiar en él mostrándoles sus poderosas obras. Los había llevado a la victoria en la batalla. Sin embargo, su espíritu se desmoronó por el miedo. Esta primera generación se negó a luchar. Dios le recordó a la segunda generación, la de Josué, que no cometiera los mismos errores. La segunda generación fue el pueblo que entró en la Tierra Prometida. Era un lugar donde fluía leche y miel, pero tuvieron que luchar por ella. Parte de vivir en la Tierra Prometida era tener que armarse de coraje para poseerla. Dios nos llama a luchar cada día. Nos llama a la bondad frente al rechazo. Nos llama a buscar lo mejor en los demás, aunque ellos no hagan lo mismo. Dios nos ha llamado a amar a los demás. Quiere que dejemos de lado nuestros deseos y nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. En otras palabras, Dios nos llama a luchar contra el egocentrismo. La primera generación de israelitas puso la comodidad de las cosas materiales por encima de la obediencia. No hay nada más grande que dar la vida por alguien. Se necesita un gran valor para amar a los demás. No todos conocen el gran amor de Dios, pero a través de nuestras vidas pueden conocerlo. Hay una tierra prometida que fluye con bendiciones cuando estamos dispuestos a matar a los gigantes del egoísmo. Una vida en Cristo es una vida donde amas a los demás como a ti mismo.