Fíate de Johová de todo tu corazónSample

Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:3-4.
Dios es absolutamente confiable
No hay nadie más confiable que Dios. Él nunca falla, ni se equivoca, ni decepciona. Dios es ciento por ciento confiable. El proverbista consciente de que Dios es totalmente confiable, lanza el desafío de fiarse de Dios de todo corazón.
Fiarse en Dios de todo corazón significa apoyarse, depender y confiar enteramente de él, sin ningún tipo de reserva ni dudas.
El resultado es que un corazón apoyado cien por ciento en Dios, es confiable. Lo opuesto a apoyarse cien por ciento en Dios, es apoyarse en las propias capacidades: educación, fuerza de voluntad, talentos, en la propia inteligencia y sabiduría. Pero la palabra de Dios nos exhorta a no apoyarnos en nosotros mismos: “y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5), lo que equivale a no ser sabio en tu propia opinión (Proverbios 3:7).
Si la confianza en Dios ha de ser verdadera, debe ser completa
Poner la mitad de la confianza en Dios y la mitad de la confianza en uno mismo o en otra cosa, es realmente no confiar en el Señor en absoluto. Debemos esforzarnos por darle a Dios toda nuestra confianza conscientemente.
“Esta confianza no es el mero asentimiento frío del juicio ilustrado. Es confianza con todo tu corazón. Es una confianza de niño, inquebrantable en la sabiduría, fidelidad y amor bien demostrados de nuestro Padre.” (Bridges)
Es sana una desconfianza en nosotros mismos
La razón de esta advertencia de apoyarse en Dios y no en nuestra propia prudencia, es que el corazón es engañoso, tal como lo expresa Jeremías 17:9:” Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”. Y agrega el rey Salomón:” Él que confía en su propio corazón es un necio, pero el que anda con sabiduría será librado” (Proverbios 28:26 - LBLA).
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No hay nadie más confiable que Dios. Él nunca falla, ni se equivoca, ni decepciona. Dios es ciento por ciento confiable. El proverbista consciente de que Dios es totalmente confiable, lanza el desafío de fiarse de Dios de todo corazón. Fiarse en Dios de todo corazón significa apoyarse, depender y confiar enteramente de él, sin ningún tipo de reserva ni dudas.
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