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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2021Sample

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2021

DAY 158 OF 365

### Pruebas y tentaciones John Wimber, pastor estadounidense y pionero del movimiento La Viña ( Vineyard ), ejerció enorme influencia en la iglesia en todo el mundo. Murió a los 63 años y la vida fue para él, con mucha frecuencia, extremamente difícil. Fue objeto de una cantidad atroz de críticas. Recuerdo cómo me dijo en una ocasión: «La notoriedad es divertida por un breve espacio de tiempo, pasado el cual se convierte en una molestia». Lo que quizá más le dolió en el corazón fue el hecho de que tres de los hombres que le eran más próximos, a los que amó y trató como hijos, cedieron ante la tentación y fallaron moralmente. Dios usó a John Wimber de maneras extraordinarias, pero él y su equipo tuvieron que afrontar muchas pruebas y tentaciones. Así es la vida, y la Biblia no es ingenua acerca de este hecho. Normalmente, tras superar una batalla nos aguarda otra a la vuelta de la esquina. Así es el desafío de la vida. ### Salmos 71:1-8 ## 1\. Reafírmate en el Señor Este salmo está lleno de indicios de dificultades y oposición, pero a lo largo del mismo el autor señala: «De ti he dependido desde que nací» (v.6). En este salmo vemos tres aspectos clave de lo que supone esta dependencia de Dios: * Oración He aquí una oración que puedes hacer: «En ti, Señor, me he refugiado […] rescátame y líbrame» (vv.1–2). * Paciencia Una vez que has clamado al Señor pidiendo ayuda y depositado tus cargas en el Señor, el siguiente paso es esperar en Él con confianza (v.5): «Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; De ti he dependido desde que nací; ¡Por siempre te alabaré!» (vv.5–6). * Alabanza Puedes alabar a Dios durante las batallas a las que te enfrentes: «Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza» (v.8). > Señor, gracias porque puedo depender de Ti cuando miro al futuro y las batallas que me aguardan. ### Hechos 4:1-22 ## 2\. Recibe valentía al estar con Jesús El cristianismo auténtico está destinado a suscitar la oposición y conllevar pruebas de un tipo u otro. Aquí, los discípulos han sido encarcelados y sometidos a juicio porque, en efecto, se les acusa del crimen de ser cristianos (aunque no usaban ese nombre por entonces). No ha habido ningún periodo de la historia de la iglesia en la que los cristianos no hayan sido perseguidos por este crimen en alguna parte del mundo. No se discutía si el hombre había sido sanado. En los Evangelios Jesús es quien hace los milagros mientras que en Hechos, estos son realizados por gente ordinaria en su nombre . Cuando se les pregunta: «¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto?» (v.7), Pedro responde lleno del Espíritu Santo: «Gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret , crucificado por ustedes , pero resucitado por Dios » (v.10). Hoy, puedes orar de la misma poderosa manera. Pedro tuvo la audacia de decir a los jueces que eran culpables de crucificar al salvador del mundo. Habían rechazado y crucificado a Jesús y Pedro había tenido miedo de admitir ante una sierva que conocía a Jesús. Ahora es una persona transformada que proclama a Jesús y la resurrección en público, ante el tribunal donde Jesús fue juzgado y a 500 metros de donde fue crucificado. La clave era que Pedro se había encontrado con el Jesús resucitado y estaba «lleno de Espíritu Santo» (v.8). Ahora sabía a qué había venido Jesús y que Jesús estaba con él ayudándolo, por medio del Espíritu Santo. Pedro continúa: «De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos» (v.12). No es de sorprender que «los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.» (v.13). Puede que Pedro y Juan no hubieran recibido mucha educación formal, pero habían estado en la «escuela con Jesús» y eran sus discípulos. Habían asistido a la «Universidad de la Palabra de Dios» y ahora estaban estudiando en la «Universidad del Espíritu Santo». Mucha gente que Dios ha usado grandiosamente han sido personas con muy poca educación. Pedro y Juan recibieron amenazas para que no hablaran más sobre Jesús, pero ellos respondieron: «Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (v.20). Al enfrentarse a sus jueces, les sirvió de gran ayuda el hecho de que todos podían ver el sorprendente milagro que había sucedido. Aquel hombre de cuarenta años estaba allí sano, en pie, dando testimonio del poder de Jesús. (vv.14–21). > Señor, lléname con Tu Espíritu y dame la misma valentía que a Pedro y a Pablo para que pueda seguir proclamando a Jesús, cueste lo que cueste, y cualquiera que sea la oposición. Oro para que veamos milagros sorprendentes como aquellos que fueron realizados por medio de Tus primeros seguidores. ### 2 Samuel 11:1-12:31 ## 3\. Asegúrate de agradar a Dios Puede que en la cultura contemporánea las palabras «¡Tú eres ese hombre!» (12:7) sean palabras de admiración, pero en la Biblia son de las palabras más inquietantes. David había sido descubierto; había sido tentado y caído en pecado. Lo hizo en secreto y pensaba que se iba a salir con la suya, pero Dios vio todo. En una de las mayores atenuaciones de la Biblia se nos cuenta que «lo que David había hecho le desagradó al Señor » (11:27). ¿Cuándo se fue todo a pique? Se dice que el primer error de David fue quedarse en Jerusalén (v.1). Si hubiera estado allá afuera librando la batalla con su pueblo, habría estado menos inclinado a la tentación que al quedarse en casa sin nada que hacer. John Wimber solía afirmar: «Es difícil quedarse sentado y ser bueno». Es mucho menos probable que caigamos en la tentación cuando estamos completamente ocupados y en el lugar correcto. David fue resbalando por la pendiente poco a poco. Vio una mujer «sumamente hermosa» bañándose (v.2). Aún no había pecado, solo era la tentación. Pero tuvo que haber cedido a los pensamientos lujuriosos porque hizo un plan, envío a que la buscaran para acostarse con ella y pecó gravemente. Aunque para los estándares de su tiempo aquello no era nada comparado con lo que habían hecho otros reyes, planeó un encubrimiento que no funcionó. Al final, todo desembocó en el asesinato de Urías. Como suele pasar, el pecado lleva a más pecado, y el encubrimiento fue peor que el pecado inicial. David debió sentirse completamente aplastado por las palabras lapidarias de Natán: «¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí […] te libré […] te di […] y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada?» (12:7–9). David no solo había pecado gravemente sino que era alguien de quien se esperaba una mejor conducta. Sorprendentemente, Dios perdonó a David incluso aquel pecado tan grande (v.13). No hay pecado o caída que sea demasiado grande para ser perdonada por Dios, ni situación alguna que no pueda ser alcanzada por la gracia de Dios. No importa lo que hayas hecho, Dios te puede perdonar. La clave para recibir aquel perdón es admitir nuestra culpa y arrepentirnos de los que hemos hecho. Esta es la gran diferencia entre David (a quien Dios perdonó cuando pecó) y Saúl (a quien Dios no perdonó). Mientras que Saúl trató de justificarse (ver 1 Samuel 15), David simplemente admitió todo diciendo: «¡He pecado contra el Señor!» (2 Samuel 12:13). Efectivamente, simplemente dijo «lo siento». Pero el perdón no elimina las consecuencias de nuestras acciones. Las consecuencias para David fueron enormes; su bebé murió como resultado (vv.13–14) y Dios le advirtió de que por casusa de sus acciones violentas «la espada jamás se apartará de tu familia» (v.10). Las consecuencias del pecado de David fueron permanentes. Pero aquello no fue el final de David, pues Dios no lo abandonó. Aunque su hijo murió, hay esperanza. Un día se reencontrarán: «Yo iré adonde él está, aunque él ya no volverá a mí» (v.23). Y no solo eso; Dios dio a David otro hijo, Salomón y «el Señor amó al niño» (v.24). Este relato es una advertencia, aunque también nos anima. Nos advierte de que nos tenemos que hacer responsables de nuestra vida, poner límites, ser prontos en ayudar y estar vigilantes orando para no caer en la tentación. Si has caído, admite como David tu pecado, confiésalo, arrepiéntete, haz duelo si es necesario y después continúa con tu vida aguardando expectante por lo que Dios te tiene preparado. Todos cometemos errores de vez en cuando. Dios perdona, restaura y nos vuelve a bendecir. > Señor, guarda mi corazón y los corazones de todo tu pueblo, para que seamos fieles a Ti. ### Pippa Adds 2 Samuel 11–12 Nosotros intentamos ocultar nuestros fallos, pero Dios los ve todos. #### References Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2021

Este plan lleva a los lectores a través de todas las Escrituras en un año, incluyendo el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y un Salmo o Proverbio cada día. Combinado con un comentario diario de Nicky y Pippa Gumbel...

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