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El proceso se ve diferente al progreso

Como hemos visto, Pablo estaba preso y las iglesias querían verlo en libertad. Estaban esperando un milagro divino, que fuese liberado de manera sobrenatural para darle la gloria a Dios y que nada pudiera detener el progreso del evangelio. Pero sabemos que ése no era el proceso que Dios tenía para Pablo. 

Si Dios no cambia la situación, usará la situación para cambiarte. 

Durante dos años mi padre estuvo internado, y no recibió su sanidad en esta vida. Pero no puedo explicar cómo esa situación impactó mi fe en ese tiempo. 

El hecho de que Pablo estuviera en prisión no sólo ayudó al progreso del evangelio, sino que, el verlo lleno de gozo, aun en las pruebas, ver cómo Dios lo usaba estando encadenado, les dio a los cristianos un mayor ánimo y una fe audaz. No veían el progreso que querían ver, pero entendían el proceso que Dios tenía con Pablo. Puede que hoy el proceso de Dios en tu vida sea diferente al progreso que tú quieres ver.

El evangelio no produce sólo una experiencia en ti, sino una transformación. Si logramos entender que quizás el proceso de Dios en nuestra vida es diferente al avance que queremos ver, podremos abrazar la idea de que, a lo largo de todo nuestro proceso, todo sirve.