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Contentamiento
Números 11:1-10; 31-35
¿Cuán contenta has estado últimamente? Pregunto porque, para algunas de nosotras, el quejarse puede ser algo fácil. El estar descontentas con lo que tenemos, considerando que sabemos lo que necesitamos o sabemos con qué no podemos vivir, es consecuencia de una mentalidad anticuada. Así que nos quejamos y nos sentimos desventajadas. Reclamamos y nos comparamos diciendo cosas como: «si sólo tuviera un mejor trabajo. Si sólo mi esposo fuera diferente. Si sólo mis hijos se comportaran como los hijos de fulano o zutano». Esto distorsiona nuestro gozo y entristece el corazón de Dios.
Para Israel las quejas fueron un gran problema. Dios los libró de la opresión y de la esclavitud de Egipto. Les puso de manera sobrenatural en un camino de abundancia y de buen éxito; pero, los israelitas sólo podían enfocarse en lo que ellos creían que les hacía falta. Dejaron que la «muchedumbre» distorsionaran su visión. Ellos empezaron a añoraron la carne del mundo cuando Dios les había dado un festín con el pan del cielo. Este descontento fue su fracaso. Como resultado, Dios envió una plaga para que murieran muchos que habían comido la carne.
A veces es necesario detenernos para evaluar lo que anhelamos. Tal vez podamos acercarnos al altar y alabar para motivar nuestra satisfacción y poner una protección sobre nuestra boca y eliminar las quejas.
¿Estás contenta? ¿Anhelas algo del pasado? Podemos pedir perdón por esperar algo que no está en la voluntad de Dios. No te olvides de alabar al Señor y agradecerle por todas sus bendiciones.
Números 11:1-10; 31-35
¿Cuán contenta has estado últimamente? Pregunto porque, para algunas de nosotras, el quejarse puede ser algo fácil. El estar descontentas con lo que tenemos, considerando que sabemos lo que necesitamos o sabemos con qué no podemos vivir, es consecuencia de una mentalidad anticuada. Así que nos quejamos y nos sentimos desventajadas. Reclamamos y nos comparamos diciendo cosas como: «si sólo tuviera un mejor trabajo. Si sólo mi esposo fuera diferente. Si sólo mis hijos se comportaran como los hijos de fulano o zutano». Esto distorsiona nuestro gozo y entristece el corazón de Dios.
Para Israel las quejas fueron un gran problema. Dios los libró de la opresión y de la esclavitud de Egipto. Les puso de manera sobrenatural en un camino de abundancia y de buen éxito; pero, los israelitas sólo podían enfocarse en lo que ellos creían que les hacía falta. Dejaron que la «muchedumbre» distorsionaran su visión. Ellos empezaron a añoraron la carne del mundo cuando Dios les había dado un festín con el pan del cielo. Este descontento fue su fracaso. Como resultado, Dios envió una plaga para que murieran muchos que habían comido la carne.
A veces es necesario detenernos para evaluar lo que anhelamos. Tal vez podamos acercarnos al altar y alabar para motivar nuestra satisfacción y poner una protección sobre nuestra boca y eliminar las quejas.
¿Estás contenta? ¿Anhelas algo del pasado? Podemos pedir perdón por esperar algo que no está en la voluntad de Dios. No te olvides de alabar al Señor y agradecerle por todas sus bendiciones.
Scripture
About this Plan
Te invitamos a leer toda la Biblia en un año con mujeres de todo el mundo. Este plan incluye seis días de lectura y un día de reflexión por semana. Cada día incluye lecturas del Antiguo Testamento, El Nuevo Testamento, Salmos y Proverbios. Cada semana ofrece un breve devocional basado en las lecturas de esa semana, orientadas al corazón de una mujer. Descubre el poder transformador de la Palabra de Dios.
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