Persiguiendo La VerdadSample

Perfecto
Éxodo 12:5-13

Perfecta… así es como quiero que luzca la casa. Me agrada cuando todo está limpio y en su lugar. Mi casa parece completa y hermosa. Anteriormente, ese deseo me llevó al agotamiento y la frustración (y, como los miembros de mi familia dirían, al borde de la locura)… siempre procuro de que luzca «perfecta». Me gustaría poder decir que esto se limitó a la limpieza de la casa, pero la necesidad de perfección estaba en todas las áreas de mi vida.

Con mucha frecuencia tenía miedo porque al notar mis insuficiencias me sentía incompetente y profundamente ineficiente. Aunque me esmeraba por complacer a los demás, sentía que mis esfuerzos nunca eran suficientes. Yo fácilmente podía señalar mis propias deficiencias, creando así un profundo vacío en mi vida. Necesitaba ayuda, liberación y una respuesta.

¡La encontré en Jesús!, el Cordero perfecto de Dios quien quita el pecado del mundo.
El sacrificio de Jesús es anunciado en Éxodo 12. Cada año, era necesario que el pueblo de Israel ofreciera un cordero sin defecto como sacrificio a Dios. La sangre del cordero se untaba en los postes de las casas como un símbolo del perdón de Dios a su pueblo. Esta práctica temporal indicaba que Dios mismo algún día proveería un Cordero perfecto, ¡Jesús! Únicamente el sacrificio de Jesús limpia el pecado, una vez y para siempre. Debido a que Jesús es sin defecto, nuestra vida sucia es limpiada y somos hechos justos ante Dios.

¡Tú y yo no tenemos que esforzarnos por la perfección! Al contrario, somos libres en Cristo del afán de hacer bien las cosas. Podemos alcanzar su gracia y ser limpias.
¿Has sentido usted alguna vez la necesidad de ser perfecta? Dedica un momento a meditar en la libertad que tenemos en el perfecto Cordero de Dios. Disfruta de la cobertura de su amor y gracia.