Persiguiendo La VerdadSample

Mi gran boca
Tito 3
«¡Tengo una gran boca!». Esta es una cita popular de un programa clásico de la televisión llamado The Honeymooners (Los recién casados) ambientada en los años 1950. En este programa, el conductor de autobús llamado Ralph Cramden (interpretado por Jackie Gleason) trabaja arduamente para sobrevivir en Brooklyn, juntamente con su equilibrada esposa Alice (Audrey Meadows) quien soporta los planes arrebatados de Ralph para salir adelante. Se dicen cosas graciosas y terminan con un abrazo en cada episodio. Pero, en la vida real el menospreciarse mutuamente causa daño.
El problema de tener «una gran boca» no solo una situación que enfrentan en una comedia de la televisión, una gran boca puede llevarnos a problemas. La Biblia habla varias veces acerca de la boca. Nos dice que la vida y la muerte están en el poder de lo que decimos (Proverbios 18:21). Aquí en Tito 3, Dios nos advierte que no calumniemos, no hablemos mal ni provoquemos a ira a los demás (Tito 3:2). ¿Por qué Dios está tan preocupado con lo que decimos?
Nuestras palabras tienen poder. Nosotras somos hechas a imagen de Dios y nuestra capacidad de verbalizar nos distingue del resto de la creación. Lo que decimos tiene gran potencial. Si hablas bien y usas palabras para edificar, reflejamos a Dios y hacemos que Su reino avance. Cuando usamos las palabras para desalentar, insultar, o dañar a otros daremos cuenta de esa palabrería.
Como mujeres, a menudo tenemos la capacidad de hablar más que nuestros homólogos masculinos; por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad. Nuestro Salvador, Jesús, la Palabra de Dios, vino para salvarnos y liberarnos de nuestra antigua y quebrantada manera de ser. Ahora podemos usar nuestras palabras para decir: ¡tengo una «gran boca|» pero para Dios! Debemos usar nuestras palabras para mostrar respeto y comunicar amor.
¿Qué estás diciendo últimamente y cómo lo dices? Ora al Padre para que te de una boca que hable por Él.
Tito 3
«¡Tengo una gran boca!». Esta es una cita popular de un programa clásico de la televisión llamado The Honeymooners (Los recién casados) ambientada en los años 1950. En este programa, el conductor de autobús llamado Ralph Cramden (interpretado por Jackie Gleason) trabaja arduamente para sobrevivir en Brooklyn, juntamente con su equilibrada esposa Alice (Audrey Meadows) quien soporta los planes arrebatados de Ralph para salir adelante. Se dicen cosas graciosas y terminan con un abrazo en cada episodio. Pero, en la vida real el menospreciarse mutuamente causa daño.
El problema de tener «una gran boca» no solo una situación que enfrentan en una comedia de la televisión, una gran boca puede llevarnos a problemas. La Biblia habla varias veces acerca de la boca. Nos dice que la vida y la muerte están en el poder de lo que decimos (Proverbios 18:21). Aquí en Tito 3, Dios nos advierte que no calumniemos, no hablemos mal ni provoquemos a ira a los demás (Tito 3:2). ¿Por qué Dios está tan preocupado con lo que decimos?
Nuestras palabras tienen poder. Nosotras somos hechas a imagen de Dios y nuestra capacidad de verbalizar nos distingue del resto de la creación. Lo que decimos tiene gran potencial. Si hablas bien y usas palabras para edificar, reflejamos a Dios y hacemos que Su reino avance. Cuando usamos las palabras para desalentar, insultar, o dañar a otros daremos cuenta de esa palabrería.
Como mujeres, a menudo tenemos la capacidad de hablar más que nuestros homólogos masculinos; por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad. Nuestro Salvador, Jesús, la Palabra de Dios, vino para salvarnos y liberarnos de nuestra antigua y quebrantada manera de ser. Ahora podemos usar nuestras palabras para decir: ¡tengo una «gran boca|» pero para Dios! Debemos usar nuestras palabras para mostrar respeto y comunicar amor.
¿Qué estás diciendo últimamente y cómo lo dices? Ora al Padre para que te de una boca que hable por Él.
Scripture
About this Plan

Te invitamos a leer toda la Biblia en un año con mujeres de todo el mundo. Este plan incluye seis días de lectura y un día de reflexión por semana. Cada día incluye lecturas del Antiguo Testamento, El Nuevo Testamento, Salmos y Proverbios. Cada semana ofrece un breve devocional basado en las lecturas de esa semana, orientadas al corazón de una mujer. Descubre el poder transformador de la Palabra de Dios.
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