Persiguiendo La VerdadSample

Lámpara para nuestros pies
Salmo 119:105

Estaba oscuro en el sótano, sólo filtraba por la ventana superior un resplandor tenue de una luz distante de la calle, proyectando sombras profundas en la habitación. Me dirigí hacia la única lámpara del sótano que se encontraba al otro lado de la habitación, cerca del sofá. ¡Catapumba! tropecé sin darme cuenta con una mesa bajita escondida entre las sombras. La caída fue fuerte. Me corté el labio, me rompí la nariz y pensé que podría perder mis dientes delanteros. No perdí los dientes, pero terminé con puntos en el labio, dos ojos negros y un hematoma en una pierna que tardó un año completo en desaparecer. Si hubiera tenido mejor luz no me habría caído. La luz por a la distancia no fue suficiente para iluminar el camino. Necesitaba una lámpara para mis pies.

La luz es necesaria para asegurar por donde vamos. Si alguna vez has acampado, sabes lo oscuro que puede ponerse estando lejos de las luces de la ciudad. Siempre llevamos una poderosa linterna para iluminar el camino por la noche, ilumina justo delante de nuestros pies para evitar que tropecemos. También la usamos para alumbrar el camino en frente de nosotros, en caso de osos o algo peor.

De la misma manera necesitamos luz en nuestra vida espiritual. Necesitamos la Palabra de Dios todos los días para que nos guía y resplandezca la verdad en cada situación, y evitemos malas caídas. Además, necesitamos que la Palabra nos muestre una visión amplia para mantenernos en la dirección correcta, señalándonos hacia la Cruz y hacia nuestra eternidad con Cristo.

Tú y yo necesitamos la verdad de la Palabra de Dios llenándonos y guiando nuestras decisiones, así como necesitamos el aire para respirar y alimentos para comer. Sigue leyendo la Palabra y deja que siempre sea «una lámpara a mis pies y una lumbrera a mi camino» (Salmo 119:105).