Persiguiendo La VerdadSample

Renovando nuestra fe
Salmo 73

Asaf fue un Levita (sacerdote) y músico comisionado por el Rey David para dirigir la alabanza en la casa de Dios. Este Salmo refleja un aparente conflicto entre la fe y las circunstancias diarias.
Al inicio del Salmo, Asaf declara su fe, y da a los lectores la seguridad de la bondad de Dios. Dice:
«Ciertamente es bueno Dios para con Israel,
Para con los limpios de corazón.» (Salmo 73:1)
Pero, Asaf se ve en un dilema cuando mira a su alrededor y contempla a los impíos. A aquellos que no declaran fe en Dios, «viendo su prosperidad (versículos 3-4) …porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero». Asaf también ve la vida libre de problemas (versículos 5-9) y la arrogancia de los inicuos (versículos 11-12).
Entonces Asaf hace algo que es típico de cualquier persona que empieza a mirar a su alrededor y a fijarse en los demás. Expresa sus dudas.

«Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia» (Salmos 73:13).

El dilema de Asaf es el mismo que el nuestro el día de hoy. Miramos a nuestro alrededor y vemos la prosperidad y la comodidad de aquellos que rechazan a Dios, mientras que nosotras tenemos luchas como creyentes. Pero, leamos la última parte de este Salmo para ver cómo Asaf renovó su fe.

Primero, Asaf se arrepiente al recordar la generación que viene detrás de él, y su responsabilidad hacia ellos: «Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.» Salmos 73:15. Asaf también recuerda el destino de los inicuos (versículos 16-20).

Finalmente, Asaf recuerda la presencia continua de Dios y su recompensa eterna (versículos 25-26), así como nosotras también deberíamos recordar y descansar en la bondad de Dios.