Persiguiendo La VerdadSample

La sabiduría viene a través de la humildad

Proverbios 11:2


«¡Señor, ayúdame a ser humilde!»

¿Alguna vez has hecho esta oración? Si no, tal vez las has susurrado en algún momento o ha fluido de un pensamiento profundo en tu interior.

Una vez estaba lista a gritarle a una persona que literalmente estaba pisando fuerte al caminar por el pasillo e instintivamente levanté mi brazo para señalar con mi dedo y dejar que las palabras comenzaran a volar. En un momento de raciocinio y antes de llegar a mi destino, le pedí al Espíritu Santo que me ayudara hacer lo que más honraría al Padre Celestial. Sentí un fuerte impulso de parar, cerrar mi boca y dar media vuelta. Luchando contra mis las lágrimas, me humillé y obedecí.

En pocos minutos el conflicto se solucionó. Esta persona se acercó y me pidió perdón. ¿Qué daño mayor hubiera causado si hubiera dejado que mi orgullo me impidiera pedir ayuda a Dios? o ¿si hubiera desobedecido la dirección del Espíritu Santo y hubiera seguido adelante en lugar de humillarme y dar media vuelta?

Proverbios 11:2 nos da una respuesta: «Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría.» Esta lección se grabó en mi corazón. Escapé del oprobio porque me humillé e hice la voluntad de Dios en ese momento. La sabiduría es fruto de la humildad. Mi oración es que Dios nos ayude a ser sabias y a abrir puertas con la llave de la humildad.

¿Por qué a veces es difícil ser humilde? El respeto a Dios es el principio de la sabiduría. El humillarnos ante Él ayuda a que su Espíritu fluya en nuestra vida. Cuando seamos tentadas a ser orgullosas, podemos recordar que esta actitud sólo traerá caos y desastres. Podemos orar por humildad.