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¡Lo creas o no, Dios está haciendo una buena obra en ti! Pero puede haber días en los que necesites recordar que también eres una buena obra en progreso. ¡Ninguno de nosotros es perfecto! Vamos a cometer errores y nos equivocaremos en el camino. En esos momentos, recuerda que cuando invitas a Dios a tu vida, Él siempre está trabajando para hacer las cosas bien. ¿Qué parte de tu vida se siente como una obra aún en progreso? Tal vez la forma en que tratas a tus hermanos, o la forma en que chismeas o los comportamientos que sabes que no son correctos. Pídele a Dios que continúe su buen trabajo en esa área específica de tu vida.