Te daré lo mejor de mi adoraciónSample

## Tú eres Dios Mi vida eres tú Tú eres Dios Mi sueño eres tú Solamente Dios podía dar vida a quienes estaban muertos. Eso fue lo que hizo con nosotros, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados y nos resucitó. Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó… nos dio vida. Ahora nuestro espíritu vive. Cristo nos vivificó, por eso es nuestra vida. Sin Él, seguiríamos muertos en espíritu, aunque nuestro cuerpo y alma seguían viviendo con su naturaleza de pecado. Nos hizo sentar en los lugares celestiales para mostrar en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia… Al resucitarnos en Cristo, nos posicionó con Él en los lugares celestiales. Ninguno de nuestros sueños y anhelos humanos podían llegar tan alto. Pero Dios, sobrepasó nuestros sueños; en Cristo estamos ahora sentados en los lugares celestiales. Pero no solamente para estar de vacaciones, o en viaje de observación espacial, no. Sino para mostrar en las edades venideras, las superabundantes riquezas de su gracia. Desde los lugares celestiales, mostrar las riquezas de su gracia, que no son pocas, sino más que abundantes. ¿Cuáles son las riquezas de su gracia? Su hijo Jesucristo, manifestado en su infinito amor, su perdón pleno, su vida eterna, su empoderamiento con el gran poder de Dios. Fuimos hechos reyes, sacerdotes, pueblo santo, adoptados hijos suyos, herederos, bendecidos con toda bendición espiritual, para que Cristo sea manifestado en todos. Por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús, por el puro deseo de su voluntad, sin imposición de nadie, pues no hay nadie mayor a Él. Él decidió hacerlo por puro amor. Por amor eterno, abundante y dador de vida. La mayor expresión de bondad es Cristo mismo en nosotros. Una iglesia entendida y efectiva para lo cual Dios se propuso edificarla. Son matices de la gracia, donde en Cristo son los tesoros de la sabiduría y el conocimiento de Dios. Cristo expresa su naturaleza y forma de vida con los suyos. Cristo es el pacto expresado del propósito eterno. Cada verdad de las Escrituras nos lleva a comprender todas esas verdades. Cristo se hizo ofrenda y se ofreció a sí mismo por puro amor a los seres humanos. Asegurándose así que la redención fuera completada a nuestro favor y que recibiéramos la herencia asignada. ¡Gracias Cristo! Superas todo sueño, todo anhelo, todo deseo humano. Porque eres suficiente porque no dejaste nada por resolver, no hay que agregar nada a lo que hiciste, mi amado Cristo.