Cuénteme un CuentoSample

HISTORIA #1: La permanencia Nuestra cultura se basa en el concepto de las segundas oportunidades. Después de todo, ¿no se basan los Estados Unidos en el sueño tan elocuentemente expresado en el poema de Emma Lazarus que está en la base de la estatua de la libertad: “Dame tus cansados, tus pobres, tus hacinadas masas que anhelan respirar libertad, el miserable desecho de tu rebosante orilla”? Millones de inmigrantes llegaron aquí para empezar de nuevo. Los estudiantes siempre asedian a sus maestros pidiéndoles puntos adicionales, repetición de exámenes, y otra oportunidad. Mis mediocres resultados en el golf serían peores si no hubiera persuadido a los compañeros de mi equipo de cuatro para que me permitieran hacer un par de mulligans por 18 hoyos. No hay segundas oportunidades después de que Dios ha hecho sus decisiones. No habrá corte de apelaciones, ni suspensión de juicios, ni nulidad de juicios, ni suspensión de la ejecución. Será demasiado tarde para pedir clemencia a instancias superiores. Abraham respondió: “Una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros no pueden, ni de allá pasar acá” (Lucas 16:26). De la manera como usted crea, así vivirá. De la manera como viva, así va a ser juzgado. De la manera como sea juzgado, así será el lugar al que lo envíen. En el lugar al que lo envíen, allí permanecerá.