Juventud

¡Hackea tu realidad y únete a la revolución! 4 días para descubrir cómo el Reino de Dios quiere cambiar tu vida. Arrepentimiento, fe y seguimiento a Jesús: ¡Dale play a esta aventura y vive el Evangelio en modo ON!"

La Aventura de Seguir a Jesús

"Fruto" es un Plan Bíblico de 10 devocionales que surge de nuestro álbum.
"Fruto" nació del dolor.
También del silencio.
De esas oraciones que parecían no tener respuesta.
Donde solo el Espíritu Santo pudo hablar… y sanar.
"Fruto" no es solo un devocional.
Es un proceso.
Un viaje hacia adentro.
Cada día, Su Palabra.
Cada canción, una oración.
Y en ese camino, Su Espíritu empezará a formar algo nuevo en ti:
Amor. Gozo. Paz. Paciencia. Benignidad. Bondad. Fe. Mansedumbre. Templanza.
No por tus fuerzas.
Sino por rendición a Él. 
Incluso en el caos… Cristo puede hacerse visible. ¿Estás listo?

Fruto

Jesús prometió a sus seguidores el Espíritu Santo. Esa promesa sigue viva. Este plan de 4 días te ayudará a abrir tu corazón, cambiar tus expectativas y empezar a pedir más. No más comodidad, sino más de Dios. Poder real. Presencia real. Un cambio real. ¿Estás listo para dejar de conformarte y empezar a esperar? Sin exageraciones. Sólo un corazón dispuesto.

Viviendo Con Expectativas

Algunos piensan que seguir a Jesús es una cuestión de superación personal, pero, ¿y si se trata de una transformación total? En este plan de 4 días, explora cómo Jesús interrumpió la vida de Pablo, redefinió su identidad y le dio un nuevo propósito. A través de las Escrituras, descubre cómo Jesús no sólo arregla su pasado, sino que transforma su vida de adentro hacia afuera. Si te has sentido estancado en tu pasado o inseguro de quién eres, este plan es para ti.

Totalmente Transformado

¿Alguna vez te has conmovido con una canción o has visto tu propia historia reflejada en una película? Vivimos inmersos en el arte, pero no siempre nos detenemos a comprender los mensajes que se esconden en las historias que nos rodean. Este plan es una invitación a descubrir cómo el arte expresa los anhelos del alma humana, aprendiendo a escuchar el corazón de nuestra cultura para responder con la esperanza del Evangelio.

El Anhelo Del Alma Y El Grito Del Arte

Después de que el Espíritu Santo dio poder a los primeros creyentes, la iglesia primitiva comenzó a crecer—por medio de predicaciones valientes, sanidades milagrosas y una comunidad profunda. Este estudio bíblico de 4 días por Hechos 2–3 te invita a explorar cómo Pedro y los apóstoles guiaron a la gente hacia Jesús y vivieron su fe con valentía. Con ejercicios para cada día y preguntas para reflexionar, este plan te ayuda a conectar con las Escrituras y descubrir cómo Dios sigue restaurando vidas hoy.

Dedicados Juntos

Este plan devocional te guiará a través de las enseñanzas del Nuevo Testamento sobre la eternidad, revelada en la persona de Jesús. Desde sus palabras sobre la vida eterna hasta la promesa de su regreso glorioso, descubrirás que la eternidad no es sólo el final del camino, sino una nueva forma de vivir desde ahora. Cada día, aprenderás cómo la esperanza eterna transforma nuestras decisiones, fortalece nuestra fe y nos llama a vivir con propósito en medio de un mundo pasajero.

Eternamente Comprometidos

Este plan devocional te invita a explorar cómo la eternidad de Dios se revela desde las primeras páginas de la Escritura. A través de pasajes clave del Antiguo Testamento, descubrirás que la eternidad no es solo un destino futuro, sino una realidad presente que transforma nuestra manera de vivir. Desde la creación hasta las promesas proféticas, cada lectura te ayudará a comprender mejor el carácter eterno de Dios y cómo caminar hoy con una perspectiva que trasciende el tiempo y apunta a Jesús.

Desde Siempre Y Para Siempre

Hay etapas donde el alma se agota. Pero aun ahí, en medio de la sequedad, el amor de Dios nos alcanza y nos recuerda que permanecer no es resistir en nuestras fuerzas, sino descansar en las suyas.
Este devocional de 5 días es para los que aman a Dios pero se sienten cansados, desanimados o fríos. No es para los perfectos. Es para los que, aún con heridas, siguen diciendo: “Señor, no quiero soltar tu mano”.