Reflexiones Bíblicas NavideñasMuestra

REFLEXIÓN

El anuncio de la llegada de un bebé representa una alegría inmensa para la familia que puede compartirlo, pero especialmente para aquellos que han esperado mucho tiempo para hacerlo. El día en que, por fin, se cuenta la noticia de un embarazo o de un nacimiento, es un día lleno de abrazos y lágrimas de dicha.

Cuando el profeta Isaías anunció de manera anticipada el nacimiento de un niño sobre el cual reposará toda la soberanía y el poder, el pueblo de Dios aún no comprendía de todo su significado. Cientos de años más tarde, después de una larga espera y de anhelar durante siglos la llegada de un Mesías que trajera consuelo y restauración, la profecía adquirió sentido en Jesús. Su nacimiento fue la realización de esta Buena Noticia en todo el sentido de la palabra. Por fin, llegaban a la tierra, en la forma de un bebé, la justicia y la paz que tanto necesitaba la humanidad.

Que la misma alegría que produce el nacimiento de un esperado bebé nos invada cuando entendemos que en estas fechas celebramos la llegada del niño más anhelado de todos los tiempos: un pequeño que, siendo Dios mismo, nació en un establo y creció para entregar su vida por cada uno de nosotros. Jesús, el consejero que puede restaurar vidas, sanar corazones y fortalecer matrimonios. Jesús, el poderoso que nos guarda de todo mal y para quien nada es imposible. Jesús, quien estará eternamente con nosotros.

DESAFÍO

Encuentra un momento para compartirle a una persona una palabra de aliento basada en la esperanza que encontramos en Jesús. Puede ser un versículo bíblico, una experiencia personal o simplemente un recordatorio de que Dios nunca falla. Que este desafío sea una oportunidad para ser de influencia en la vida de alguien más…

ORACIÓN

Señor, hoy queremos agradecerte porque siempre nos das motivos para tener esperanza. Pensamos especialmente en aquellas personas que están esperando una respuesta de tu parte y te pedimos que los llenes de paz y fuerza mientras aguardan. Ayúdanos como familia a ser un apoyo para ellos, con palabras de ánimo, gestos de cariño y, sobre todo, recordándoles que no están solos. Enséñanos a confiar en que tu tiempo es perfecto y a compartir siempre la alegría de saber que contigo todo es posible. Gracias por estar con nosotros y por darnos razones para seguir adelante. ¡Amén!