Reflexiones Bíblicas NavideñasMuestra

REFLEXIÓN

El pueblo de Dios estaba viviendo un momento bastante difícil a causa de su distanciamiento del Señor. El profeta Isaías les advierte que el Reino del Norte vendría sobre ellos y los arruinaría por completo, pero ellos estaban confiados en una confederación que tenían con otros poderosos de la época. Nada de esto les funcionó y, por su orgullo y arrogancia, llegaron a sufrir dolor y muerte. Es importante notar que se está hablando de un pueblo profundamente religioso, el pueblo de la ley de Dios, de las tres oraciones diarias y de los dos ayunos semanales. Pero era un pueblo que vivía en oscuridad y en profunda desesperanza. En medio de esas circunstancias, Dios les promete una luz. Al igual que en aquella época, hoy podemos estar enfrentando crisis profundas, y lejos de poner nuestra confianza en otros, debemos ponerla en Jesús. Él es la Luz. El apóstol Juan se refirió también a Jesús como la luz verdadera, que alumbra a todo ser humano (Juan 1:9) y Jesús se refirió a sí mismo como “la luz del mundo” (Juan 8:12). Sólo Él puede alumbrar nuestra vida cuando lo seguimos. Él es la Navidad y nuestra esperanza, por eso la Navidad es nuestra fiesta. ¿Qué haces de manera concreta y práctica para vivir cerca de Jesús?

DESAFÍO

Hoy y cada día, elige actuar con confianza, sabiendo que Él te acompaña en cada paso. Permítete sentir su dirección y recurrir a Él cada vez que necesites guía, paz o fortaleza. Haz de este acto un hábito diario, acercándote a Jesús.

ORACIÓN

Amado Dios, que al finalizar estos nueve días, pueda agradecerte por el tiempo de reflexión que he tenido. Gracias por las enseñanzas que me darás a través de tu Palabra y por cada momento de introspección que nos acercará más a Ti. Te pedimos, Señor, que nos des la sabiduría para aplicar lo aprendido en nuestra vida diaria y que el mensaje de la Navidad, lleno de amor, esperanza y paz, guíe nuestros corazones y nos inspire a vivir con generosidad y fe. ¡Amén!