Encontrando la belleza de CristoMuestra

Lo que muchos quisieron ver.
”Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.“
Juan 1:14 NTV
¿Alguna vez te has puesto a pensar en las cosas buenas que tienes y en los temas que no valoras?
Déjame explicarme mejor: ¿alguna vez te has dado cuenta de que lo que para ti es normal, para otra persona es un sueño inalcanzable?
Quiero contarte una breve historia. Recuerdo, hace unos años, vivir una experiencia que cambió por completo mi vida. Yo era joven y una tarde llegó un pastor a ofrecerme acompañarlo en un viaje misionero a una sierra de mi país.
Sin dudarlo, acepté. Recuerdo haber tomado mis cosas, mi ropa, artículos de higiene personal y aventurarme aquella mañana. En el camino, pasamos a una tienda de autoservicio: compramos botanas, unos sándwiches preparados, y hasta tiré en la calle la cebolla y el jamón (los que viven en México entenderán mi sufrimiento).
Durante el viaje recuerdo haberme enojado porque lo único que había para comer eran esos simples sándwiches que no llevaban lo que a mí me gustaba.
¿Cuál fue mi sorpresa al llegar al lugar? Aquello que para mí era normal, e incluso un lujo despreciable, para ellos era un verdadero banquete. Lo que yo había menospreciado, para los demás, era un tesoro.
Y no solo eso: me encontré con una realidad que hasta la fecha me rompe el corazón.
Vivimos en un mundo donde, para muchos, la educación es solo un sueño; donde elegir pareja puede ser una aventura romántica para algunos, pero para niñas menores de edad en ciertos contextos no es opción, sino una obligación impuesta. Lo que nosotros llamamos “normal” es, para cientos de personas, más que un sueño.
¿Por qué empiezo con esto?
No lo hago para ponerte triste, aunque en parte sí quiero que reflexiones sobre tu privilegio y que puedas ver a los que nadie ve. Pero mi objetivo principal es este: podemos normalizar algo tanto que termina perdiendo su valor para nosotros, aun cuando ese algo sea lo más valioso que existe.
Eugene H. Peterson, autor de The Message, decía:
“Estamos entrenados desde pequeños a ser consumidores, no adoradores. El culto al yo es la religión demandante, y lo que no sirve lo desechamos… incluso si eso se llama Jesús”.
Jesús me reta mucho en Mateo 24:37-39 y en Marcos 4:18-19 (la parábola del sembrador). No está mal atender lo necesario para la vida diaria; el problema es cuando esas mismas cosas nos roban el valor de lo eterno. Y lo eterno es Jesús.
Pedro lo expresa perfectamente en 1 Pedro 1:10-12: hoy tenemos a Jesús disponible y su hermosura accesible para nosotros. Lo que durante miles de años anhelaron ver profetas y reyes, hoy está a nuestro alcance.
Veamos juntos algunas de esas profecías cumplidas en Cristo:
• El Mesías que aplastaría la cabeza de la serpiente antigua (Génesis 3:15).
• La descendencia de Abraham (Génesis 22:18).
• El Mesías de la tribu de Judá (Génesis 49:10; Miqueas 5:2).
• La descendencia de David (2 Samuel 7:12-13).
• El Salvador nacido de una virgen (Isaías 7:14).
• El rey y salvador de Belén (Miqueas 5:2).
• Su ministerio tendría un precursor (Isaías 40:3-4; Malaquías 3:1).
• Haría milagros (Isaías 35:5-6).
• Hablaría en parábolas (Salmo 78:2).
• Sería despreciado y rechazado (Isaías 53:3).
• Tendría un trono eterno (Daniel 7:13-14).
• Vendría montado en un asno (Zacarías 9:9).
• Lo traicionaría uno de los suyos (Salmo 41:9).
• Lo escupirían y golpearían (Isaías 50:6).
• Sería abandonado y traspasado (Salmo 22:7-8, 16).
• Vencería a la muerte (Isaías 25:7-8).
• Traería un nuevo pacto (Jeremías 31:31).
Cristo, Dios mismo, caminó entre nosotros para mostrarnos el camino. Antes de que existiera algo, Él ya existía. Él es el Verbo por quien fueron hechas todas las cosas (Juan 1:1-5). Y se encarnó y habitó entre nosotros (Juan 1:14). Esta es la buena noticia: Él mismo.
No es poca cosa, ni un mensaje que debamos normalizar. ¡Dios mismo se volvió accesible a nuestra vida!
No necesitamos subir hasta Él; fue Él quien descendió hasta nosotros.
Lo que muchos desearon ver, ahora está disponible para ti y para mí.
Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre el valor de Jesús en tu vida:
¿Quién es ese hombre para ti?
¿Es el anhelo constante de tu corazón o solo alguien lejano a quien no conoces?
¿Quién es Jesús para ti?
Amén por su gloria.
Acerca de este Plan

Hoy somos invitados a encontrar la vida oculta en la persona de Jesús y a maravillarnos en Él. En este plan de 7 días, juntos caminaremos y descubriremos la belleza oculta y disponible en Jesús. Responderemos también a las dos preguntas que pueden cambiar toda nuestra vida. Ven y encontremos la belleza de Cristo juntos.
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Nos gustaría agradecer a David Hernandez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/daavid_heer?igsh=MW5lbW55amdycmJi&utm_source=qr









