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Encuentros con Jesús que cambian nuestra vidaMuestra

Encuentros con Jesús que cambian nuestra vida

DÍA 7 DE 7

Día 7 — El encuentro que transforma la historia: Saulo camino a Damasco

Saulo no buscaba a Jesús; lo perseguía.

Mientras respiraba amenazas de muerte contra los discípulos, pensaba que servía a Dios.

Era celoso, estudioso, moralmente intachable… pero espiritualmente ciego.

Su celo sin revelación lo había convertido en enemigo del mismo Cristo que decía defender.

“Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres” (Hechos 9:1–2 NVI)

En su viaje hacia Damasco, Saulo iba decidido a acabar con el movimiento cristiano.

Pero Dios tenía otro plan: acabar con el Saulo que lo perseguía para resucitar al Pablo que lo serviría.

“En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. 4 Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’” (Hechos 9:3–4 NVI).

Jesús no lo acusó de pecador. No le dijo: “¡Deja de matar!” Le preguntó: “¿Por qué me persigues?".

Una pregunta que atravesó su teología, su identidad y su seguridad religiosa.

De pronto, todo lo que creía saber sobre Dios se desmoronó ante la voz de Cristo. “—¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —contestó la voz—. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer” (Hechos 9:5–6 NVI).

Ese momento marcó el final del perseguidor y el inicio del apóstol.

El hombre que iba con autoridad humana cayó rendido ante la autoridad divina.

Dios no cambió su pasión; redirigió su propósito.

Durante tres días Saulo quedó ciego (el reflejo externo de su condición interna).

No comió ni bebió. En ese silencio, su religión se quebró y su relación comenzó.

Entonces, Dios llamó a un hombre llamado Ananías:

“—Anda —le dijo el Señor—, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando” (Hechos 9:11 NVI).

El que antes respiraba amenazas ahora respiraba oraciones.

El que perseguía a los discípulos ahora esperaba a uno de ellos.

Cuando Ananías llegó, lo llamó “hermano Saulo”.

El perseguidor se convirtió en hermano.

El enemigo en familia.

“Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado” (Hechos 9:18 NVI)

Ese día no solo recuperó la vista; descubrió su visión.

El asesino de cristianos se convirtió en el misionero más grande de la historia.

El perseguidor del Evangelio terminó escribiendo gran parte del Nuevo Testamento.

Cuando Jesús te encuentra, no solo te cambia la dirección; te cambia la misión.

No importa cuán lejos hayas estado, cuán equivocado hayas caminado o cuánto daño hayas hecho —una luz de gracia puede cambiar tu historia en un instante.

El mismo Cristo que derribó a Saulo en Damasco sigue derribando orgullosos hoy.

Y cuando lo hace, no es para humillar, sino para levantar.

Él sigue encontrando a los Saulos modernos (personas fuertes, seguras, decididas) y las transforma en Pablos: testigos de su poder redentor.

La historia de Saulo nos recuerda que nadie está fuera del alcance de la gracia.

La luz que lo cegó fue la misma que lo iluminó.

Y la voz que lo confrontó fue la misma que lo comisionó.

Reflexión práctica

  • ¿Qué áreas de tu vida necesitan ser interrumpidas por la luz de Cristo?
  • ¿Has confundido alguna vez celo religioso con una relación viva con Jesús?
  • ¿Qué propósito nuevo podría estar naciendo de tu proceso actual?

Oración sugerida:

Señor Jesús, derriba en mí todo orgullo que me impida verte. Si es necesario, detén mi camino para mostrarme el Tuyo. Transforma mi celo en compasión y mi conocimiento en obediencia. Haz de mi vida un testimonio de Tu gracia que cambia historias.

Amén.

Gracias por acompañarme en este plan devocional. Oro para que cada lectura haya fortalecido tu fe y recordado que en Jesús encontramos plenitud. Si fue de bendición para tu vida, compártelo con alguien más.

Visita también www.martepodcast.com, donde encontrarás más recursos bíblicos para tu crecimiento espiritual.

Te bendigo en Cristo,

Felipe Echeverri

Acerca de este Plan

Encuentros con Jesús que cambian nuestra vida

Cada encuentro con Jesús tiene el poder de transformar no solo lo que hacemos, sino quiénes somos. A través de este devocional de 7 días, recorrerás historias bíblicas donde hombres y mujeres comunes se cruzaron con el Salvador y nunca volvieron a ser los mismos. Desde el perdón y la restauración hasta el llamado y la misión, descubrirás que Jesús sigue encontrándonos hoy —para sanarnos, levantarnos y enviarnos.

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Nos gustaría agradecer a Felipe Echeverri por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.martepodcast.com