Propósito cumplido, corazón sanado

Llegar al final no siempre significa victoria, si el corazón sigue roto. Dios no solo quiere llevarte al cumplimiento de tu propósito… también quiere sanar las heridas que el proceso dejó.

José se reencontró con sus hermanos, aquellos que lo traicionaron, lo vendieron y lo abandonaron. Pudo haberse vengado, pero eligió perdonar. En ese momento, no solo se cumplió su sueño — se completó su sanidad.

Porque el propósito de Dios no termina en lo que logras, sino en lo que aprendes a amar y a confiar en plenamente en Él.

Quizás tú también has pasado por etapas donde fuiste herido, rechazado o traicionado.
Y ahora que Dios empieza a levantarte, Él quiere hacer algo más grande que bendecirte: quiere sanarte. Sanarte del rencor, del miedo, de las palabras que te marcaron. El mismo Dios que te sostuvo en el foso, que te acompañó en la cárcel y que te promovió al palacio, hoy quiere restaurar tu corazón.

Recuerdo la historia de Samuel, un amigo de la infancia. Creció en un ambiente donde el amor escaseaba y las palabras dolían más que los golpes. Su padre se fue cuando él tenía apenas ocho años, y su madre, aunque lo amaba, no sabía cómo sanar su propio dolor. Samuel aprendió a sobrevivir, no a soñar.

Durante años cargó con una voz interna que le decía: “no vales nada”. Esa voz lo acompañaba a la escuela, a la calle y hasta en sus oraciones. Creció pensando que su historia estaba marcada por el rechazo y que no tenía nada bueno que ofrecer.

Pero un día, cansado de huir de su pasado, decidió entregarle todo a Dios. No fue de la noche a la mañana; fue un proceso. Entre lágrimas y silencios, permitió que Dios entrara justo en esos lugares que él evitaba mirar. Y algo increíble sucedió: donde antes había heridas, empezó a brotar propósito.

Samuel comenzó a trabajar con jóvenes que habían vivido situaciones parecidas: abandono, violencia, soledad. Les hablaba no desde los libros, sino desde sus cicatrices, desde su experiencia. Y allí entendió que lo que el enemigo usó para destruirlo, Dios lo había usado para construir su llamado.

Hoy Samuel dice algo que nunca olvido: “Lo que un día te rompió, Dios puede usarlo para levantar a otros.”
Su herida se convirtió en su ministerio. Su historia, en esperanza para otros que mediante su historia encuentran esperanza y confianza en Dios.

Así obra Dios: transforma el dolor en propósito y las lágrimas, en misión. Porque cuando le permites entrar en tu historia, hasta las páginas rotas comienzan a tener sentido.

Hoy es tiempo de soltar, de perdonar, de agradecer y de avanzar con un corazón libre. No vivas atado a lo que te hicieron, sino enfocado en lo que Dios está haciendo.

Tu historia no termina en el sufrimiento, sino en la gloria de un Dios que hace nuevas todas las cosas.

Lección del día:
El verdadero éxito no es llegar al palacio, sino hacerlo con el corazón sano.

Oración:
Señor, gracias porque en cada etapa estuviste conmigo. Hoy decido perdonar, soltar y avanzar. Sana mi corazón de todo lo que me marcó, y úsame para sanar a otros. Que mi historia sea un testimonio de tu fidelidad. Amén.

Desafío de hoy:
Haz una lista de las personas o situaciones que aún duelen. Ora por cada una y di en voz alta: “Ya no cargo esto, lo dejo en tus manos, Señor”. Luego, escribe cómo Dios ha sido fiel durante estos siete días.

Recomendación:
Escucha el episodio del podcast Diosidencias, Temporada 3, episodio 20: “Camino incierto” — una historia sobre cómo el confiar te lleva a caminar en tu propósito.

Cierre del Plan: “De la prueba al propósito”

Cada día de este Plan fue una etapa del proceso de José… y también del tuyo. Dios no desperdicia ni una lágrima, ni una espera, ni una herida. Todo lo que viviste tiene sentido en Su plan. Él no solo quiere levantarte, quiere transformarte. No solo quiere usarte, quiere habitar en ti.

Así que, no te detengas aquí. Sigue soñando, sigue creyendo, sigue caminando. Porque el mismo Dios que estuvo con José… está contigo. Y el propósito que comenzó en ti Él lo llevará a cumplimiento.

Gracias por vivir estos siete días conmigo. 💛 Te invito a seguir creciendo y compartiendo lo que Dios está haciendo. 📖 Síguenos en Instagram (@diosidencias.podcast ) y escucha más historias en nuestro podcast.