Prosperando en medio de la dificultad

A veces la vida nos pone en lugares donde sentimos que nada florece. Pierdes un trabajo, un proyecto, una relación, y piensas: “¿Qué puedo hacer aquí? Nada bueno puede salir de esto”.

Dios no necesita escenarios perfectos para obrar. Él hace fructificar incluso los desiertos más secos cuando Su presencia está con nosotros.

José fue vendido como esclavo y llevado a Egipto, un país extranjero, sin familia, sin apoyo, sin derechos. Aun así, la Biblia dice: “Jehová estaba con José, y fue varón próspero”. Eso nos recuerda que la verdadera prosperidad no depende de cuánto tenemos, sino de quién camina con nosotros.

Tal vez estás en un trabajo que no te gusta, o pasando por un tiempo de escasez. Pero no subestimes lo que Dios puede hacer en medio de tu dificultad.

A veces, el suelo más duro produce los frutos más dulces.

Recuerdo la historia de Karla. Después de perder su empleo, lloró por semanas. Sentía que había fracasado. Pero un día, decidió hornear unos pasteles para vender y así cubrir sus gastos. Sin saberlo, Dios estaba abriendo una puerta. Sus pasteles se volvieron tan conocidos, hoy su negocio es un testimonio de cómo Dios transforma la pérdida en propósito.

Lección del día:
La fidelidad abre espacio para ver la mano de Dios, aunque no siempre en forma de abundancia. Prosperar es seguir creciendo en fe, aun cuando nada parece florecer.

Oración:
Señor, gracias porque incluso en medio de la dificultad sigues obrando. Ayúdame a confiar cuando no entiendo, a sembrar aunque el terreno parezca árido, y a mantener mi fe firme. Hazme florecer en el lugar donde me has puesto. Amén.

Desafío de hoy:
Escribe tres bendiciones o lecciones que hayas recibido en un momento difícil. Dale gracias a Dios por cada una de ellas.