Tentaciones y fidelidad

Hay momentos en los que nadie te ve, y justo ahí se define tu carácter. Cuando la puerta está cerrada y nadie sabría lo que hiciste, Dios está mirando tu corazón.

La tentación siempre promete placer inmediato, pero cobra caro después.

José pudo haber cedido ante la esposa de Potifar. Nadie lo habría juzgado, nadie lo habría descubierto. Pero él sabía que la fidelidad a Dios vale más que cualquier momento de placer. Eligió decir “no”, aunque eso le costó la cárcel.

La pureza y la integridad no siempre te llevan al aplauso… a veces te llevan a una prueba. Pero siempre te mantienen en el propósito.

Recuerdo una historia real de cuando era estudiante. Un grupo de amigos organizó una fiesta sin adultos, con alcohol y otras sustancias. Entre la confusión y los excesos, algunos de ellos tomaron decisiones terribles que marcaron sus vidas para siempre. Yo decidí irme, aunque me llamaron exagerado. Tiempo después, las consecuencias llegaron: juicios, sanciones, vergüenza… y heridas profundas para todos los involucrados. Esa noche entendí algo: decir “no” no te hace débil, te hace libre. No fui el más popular, pero sí fui el que pudo dormir con la conciencia limpia.

Lección del día:
Cada “no” que dices al pecado es un “sí” al propósito de Dios. Lo que hoy parece una pérdida mañana será tu testimonio.

Oración:
Señor, en un mundo lleno de atajos y tentaciones, enséñame a elegir lo correcto. Fortalece mi corazón para mantenerme fiel, aun cuando sea difícil. Prefiero perder oportunidades antes que perder tu presencia. Amén.

Desafío de hoy:
Piensa en un área donde te cuesta mantenerte firme. Escríbela y pídele a Dios que te dé la fortaleza para honrarlo en esa área.