Íntimos De JesúsMuestra

El Uno: El que descansó en su pecho

“Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús" (Juan 13:23 (RVR1960).

“Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis" (Juan 19:35 RVR1960).

Reflexión: Entre los 70, los 12 y los 3, hubo uno solo que fue llamado “el discípulo amado”. No porque Jesús amara menos a los demás, sino porque Juan eligió un lugar diferente: el pecho del Maestro. Mientras los demás hablaban, él escuchaba. Mientras los otros debatían quién sería el mayor, él se recostaba para oír el latido del cielo. Juan no solo fue testigo de milagros. Fue testigo del corazón de Jesús. Y por eso, fue también el único de los doce que estuvo a los pies de la cruz. Los demás huyeron. El íntimo se quedó.

En el aposento alto, Jesús no le habló directamente a Juan: le habló a Pedro… pero a través de Juan. ¡Qué verdad tan profunda!

El que oye el corazón de Cristo puede ser puente entre la voz de Dios y los demás. Y después, en la cruz, Jesús no le entregó el ministerio… le entregó lo más valioso: a su madre (Juan 19:26-27).

Porque a los íntimos no solo se les confían tareas, se les confían tesoros.

Preguntas de Reflexión: ¿Estoy buscando entender la misión de Jesús… o su corazón? ¿Soy parte de la multitud… o me recuesto a escuchar su voz?

Oración: Jesús, quiero ser como Juan. Quiero reposar en tu pecho, oír tu corazón, sentir tus suspiros. No quiero solo verte actuar; quiero conocerte como amigo íntimo. Hazme fiel en la cruz, y digno de tu confianza. Amén.

Desafío Práctico:

Toma unos minutos hoy para quedarte en silencio delante del Señor. Sin pedir. Sin hablar. Solo recuéstate en su presencia y di: “Señor, quiero conocerte más íntimamente".

Luego, escribe en un cuaderno lo que sientas que Él te habló en ese momento.