Íntimos De JesúsMuestra

Getsemaní: Íntimos en la hora oscura

“Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse” (Marcos 14:33 RVR1960).

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Marcos 14:38 RVR1960).

Reflexión: Hay lugares donde solo los íntimos pueden entrar. Getsemaní no fue un lugar de enseñanza… fue un lugar de desgarro. No fue un escenario para milagros… fue un altar de entrega. Jesús no llevó a todos al huerto, ni siquiera a los doce. Solo a tres: Pedro, Jacobo y Juan. ¿Por qué? Porque la verdadera intimidad se prueba en el quebranto.

En Getsemaní, Jesús no mostró su gloria… mostró su angustia. No hizo una declaración pública… hizo una súplica privada: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad” (Marcos 14:34). El Hijo del Dios vivo pidió compañía. Y ellos… se durmieron.

¡Qué mensaje tan fuerte para nosotros! Ser llamado a la intimidad no garantiza fidelidad en la intimidad. Estar cerca físicamente no siempre es estar presente espiritualmente. Jesús les dio una orden sencilla: velad y orad. Pero la carne venció.

Y aun así, Jesús no los rechazó. Los confrontó con amor, porque los íntimos también fallan… pero siguen siendo invitados.

Pregunta de Reflexión: ¿Estoy velando con Jesús en esta hora? ¿O me ha vencido la rutina, la comodidad, el sueño espiritual?

Oración: Jesús, perdóname cuando he dormido en momentos sagrados. Despiértame al dolor de tu corazón, enséñame a acompañarte en la oración. Hazme fiel en Getsemaní, aunque cueste, aunque duela. No quiero ser de los que duermen… quiero ser de los que velan. Amén.

Desafío Práctico:

Aparta hoy un momento de oración silenciosa por otros.

No pidas por ti, no busques una palabra para ti. Solo dile al Señor: “¿Qué hay en tu corazón que yo deba cargar en oración?".

Anótalo y ora por ello durante toda la semana.