Íntimos De JesúsMuestra

Descansar en su pecho

“Uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús" (Juan 13:23 RVR1960).

“Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?” (Juan 13:25 RVR1960).

Reflexión: Mientras todos estaban a la mesa, Juan eligió el pecho de Jesús. En esa última cena, llena de misterio, traición y despedida, había un solo lugar de descanso verdadero: el corazón del Maestro. Juan no solo era salvo… era íntimo. Y no solo íntimo… era confidente. El pecho de Jesús representa ese espacio de amor, de ternura, de acceso total. El lugar donde se escucha el latido de Dios… El lugar donde se entienden sus silencios… El lugar donde se revela lo que otros no oyen. ¿Recuerdas qué hizo Juan mientras estaba allí? Preguntó… y recibió respuesta.

La revelación sobre quién traicionaría a Jesús no fue gritada a la multitud ni explicada a los doce… fue susurrada al oído de quien descansaba en su pecho. Y ese sigue siendo el principio espiritual: El que descansa en Él, oye lo que otros no oyen. La intimidad no es solo una relación emocional, sino un acceso espiritual. En el pecho de Jesús hay revelación, dirección, paz y amor.

No es solo un lugar de descanso… es un lugar de envío.

Pregunta de Reflexión: ¿He hecho del pecho de Jesús mi lugar seguro? ¿Descanso en su amor o solo me acerco cuando lo necesito?

Oración: Jesús, quiero ser como Juan. No quiero solo seguirte… quiero reposar en Ti. Haz de tu pecho mi hogar. Llévame a tu latido. Que tu amor sea mi descanso y tu voz mi dirección. Amén.

Desafío Práctico:

Busca hoy un momento de completa quietud. Apaga el ruido. Cierra los ojos.

Dile a Jesús: “Aquí estoy. Quiero recostar mi alma en Ti". Quédate allí. No digas mucho. Solo quédate.

A veces, la verdadera oración es simplemente descansar.