Íntimos De JesúsMuestra

Los 70: Fe sin Cercanía

“Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar a donde él había de ir" (Lucas 10:1 RVR1960).

“Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lucas 10:17 RVR1960).

Reflexión: Los setenta eran discípulos. Fueron elegidos y enviados por Jesús. Vieron milagros, echaron fuera demonios, predicaron con poder. Su fe era real. Su llamado, legítimo. Y sin embargo, no estaban en el círculo más íntimo del Maestro.

Hoy muchos viven una experiencia similar: sirven, oran, predican… pero su relación con Jesús es funcional, no personal. Caminan con fe, pero no con cercanía. Conocen el poder, pero no el susurro. Viven el ministerio, pero no el corazón.

Jesús no menospreció a los 70. Los amó y los usó. Pero el texto deja claro que otros caminaron más cerca. Y es aquí donde debemos detenernos y reflexionar: ¿Me he acostumbrado a servir sin intimar? ¿Estoy disfrutando de la autoridad… sin buscar Su compañía?

No hay contradicción entre servir y ser íntimo. Pero sí hay una peligrosa ilusión en pensar que estar ocupado para Dios es lo mismo que estar cerca de Él. El servicio sin intimidad puede producir resultados… pero no produce transformación. El poder puede fluir… pero el corazón se puede secar.

Jesús no busca solo obreros: busca amigos.

Preguntas de Reflexión:

¿Estoy sirviendo con gozo… pero desde lejos? ¿Mi vida espiritual gira en torno al ministerio más que a la intimidad?

Oración: Señor Jesús, gracias por confiarme tu obra. Pero hoy reconozco que hay más. No quiero ser solo parte de los que hacen, sino de los que te conocen. Enséñame a servir desde la comunión, a predicar desde tu presencia, y a caminar contigo más que para ti. No quiero solo autoridad… quiero intimidad. Amén.

Desafío Práctico:

Haz hoy una pausa en tu agenda ministerial.

Tómate 10 minutos no para pedir ni planear, sino solo para estar con Jesús.

No prepares una prédica: solo abre tu alma y quédate en Su presencia.