Íntimos De JesúsMuestra

¿Salvo o Íntimo?

“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21 RVR1960).

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20 RVR1960).

Reflexión: Muchos celebran haber recibido la salvación de Cristo, y con razón: ¡es el regalo más grande del cielo! Pero, ¿es posible ser salvo y al mismo tiempo vivir lejos del corazón de Jesús?

Jesús ofreció salvación para todos, pero no todos caminaron en intimidad con Él. En sus días terrenales, multitudes le seguían, pero solo unos pocos conocieron su habitación interior. La salvación es por gracia, pero la intimidad requiere decisión.

Juan 14:21 (RVR1960) no habla de salvación, sino de manifestación, Jesús dijo: Me manifestaré a él. Esta es la promesa exclusiva para los que le aman y guardan sus mandamientos. Aquí no se habla de ser salvo, sino de ser íntimo. Porque conocer de Jesús no es lo mismo que conocer a Jesús.

Salvo es quien ha recibido su obra redentora. Íntimo es quien ha abierto la puerta de su vida diaria y permite que Él entre a cenar, a conversar, a habitar. Dios no hace acepción de personas para salvar, pero sí abre su corazón a quienes le abren el suyo.

Preguntas de Reflexión:

¿Estoy viviendo como salvo… o como íntimo? ¿Jesús me salvó, pero aún está “a la puerta” esperando entrar en mi día a día?

Oración: Señor Jesús, gracias por salvarme. Hoy no quiero conformarme con conocerte de lejos. Quiero que seas mi amigo, mi guía, mi habitación secreta. Abro mi vida entera a tu presencia. Enseñame a guardar tus palabras, a oír tu voz y a caminar en tu compañía. Quiero ser uno de tus íntimos. Amén.

Desafío Práctico:

Busca hoy 15 minutos de soledad con Jesús.

Apaga todo y pregúntale: “Señor, ¿qué hay en tu corazón hoy?".

Luego, guarda silencio… y escucha.