Íntimos De JesúsMuestra

Descansar en su pecho
“Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús” (Juan 13:23 RVR1960).
Reflexión: En una de las escenas más tensas de la vida de Jesús, cuando estaba a punto de ser traicionado, uno de sus discípulos —Juan, “el amado”— no eligió hablar ni preguntar, sino que se recostó junto a su Maestro. Este gesto, cargado de ternura y de confianza, nos revela un secreto de los íntimos: cuando el corazón está inquieto, el mejor lugar es el pecho de Jesús.
En el pecho de Cristo no hay ruido… hay latido. No hay condenación… hay consuelo. No hay prisa… hay paz. Los íntimos han aprendido a dejar de luchar por atención o respuestas, porque han descubierto que su Presencia es más poderosa que cualquier explicación.
Recostarse sobre Jesús es una postura del alma. Significa rendirse, confiar, descansar. Es reconocer que Él es más que suficiente. Allí se calla el alma, se calman los temores y se enciende la fe. Los íntimos no buscan privilegios, buscan el corazón de Cristo.
Juan no fue el más fuerte ni el más osado, pero fue el más cercano. Y esa cercanía lo marcó para siempre. Tú también puedes vivir así: no a los pies del Rey… sino sobre su pecho.
Preguntas de Reflexión: ¿Cuánto tiempo hace que no simplemente “descanso” en la presencia de Jesús? ¿Estoy buscando soluciones… o estoy buscando al Salvador? ¿Qué me impide recostarme en su pecho con confianza? ¿Cómo sería mi vida si cada día comenzara en su descanso? ¿Qué áreas de mi corazón necesitan hoy el latido de su amor?
Oración: Señor Jesús, quiero ser como Juan: no competir, no aparentar, solo recostarme en Ti. Ayúdame a apagar el ruido del alma para escuchar tu latido. Llévame a ese lugar donde el cansancio se convierte en paz. Allí, en tu pecho, quiero vivir. Amén.
Desafío Práctico:
Tómate hoy 10 minutos de silencio absoluto, sin música, sin celular, solo tú y Jesús. Imagina que estás recostado junto a Él. No digas nada… solo escucha y descansa.
            
          
Acerca de este Plan

Hay llamados que transforman el rumbo de una vida, pero hay uno que lo consume todo: el llamado a ser íntimo de Jesús. Muchos son salvos, pero pocos son íntimos. Muchos creen en Él, pero no todos descansan en su pecho. A lo largo de los años, he visto multitudes caminar tras Jesús, pero solo unos pocos subir con Él al monte de la transfiguración… y aún menos, entrar con Él al Getsemaní.
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Nos gustaría agradecer a Marcos Daniel Pelozo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.iglesiacentralad.org
 
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