La Palabra, Vida a Tu VidaMuestra

"Cuando la Ansiedad Golpea: Hay Refugio en la Palabra"
Vivimos en una época marcada por la prisa, la presión constante y la necesidad de aprobación. Una de las condiciones más prevalentes de este siglo es, sin duda, la ansiedad. Nos sentimos ansiosos por el trabajo, por la crianza de los hijos, por la inseguridad que nos rodea, por la inestabilidad económica, por las expectativas que proyectamos en las redes sociales: los “me gusta”, los seguidores, las apariencias. En fin, nos inquietamos más por tener que por ser, por vivir de la apariencia en lugar de vivir con autenticidad, por complacer a personas que ni siquiera nos conocen ni les importamos verdaderamente.
Este estado de ansiedad lleva a muchas personas a tomar decisiones impulsivas y equivocadas. Decisiones de las que luego se arrepienten, que destruyen relaciones, hogares y, en última instancia, también a sí mismos. No es casualidad que hoy en día la salud mental se haya convertido en un tema de prioridad mundial; nunca antes tantos profesionales estuvieron tan solicitados. La ansiedad, el estrés y la desesperanza son males comunes, silenciosos y devastadores.
Pero como hijos de Dios, no estamos desamparados. La Biblia es clara: tenemos dónde llevar nuestra ansiedad. No necesitamos cargar con todo el peso de la vida sobre nuestros hombros. Cuando sintamos que todo va mal y que la ansiedad quiere adueñarse de nuestra mente, es momento de correr a la Palabra de Dios. Allí encontraremos palabras vivas, eternas, escritas por un Padre que nos conoce y se preocupa por cada detalle de nuestra existencia.
El Apostol Pedro nos recuerda:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7 RVR60).
También el apóstol Pablo escribió desde una prisión:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7 RVR1960).
Dios no ignora lo que estás viviendo. Él sabe que hay circunstancias que escapan a tu control, pero también sabe que la ansiedad no debe dominar tu vida. Por eso te dejó un recurso eterno y eficaz: Su presencia, Su Palabra y Su paz.
No tenemos el control de todo lo que nos sucede, y esa es precisamente la razón por la que necesitamos confiar en Aquel que sí lo tiene. Él es nuestra roca en medio del caos, nuestra calma en la tormenta, nuestro descanso cuando todo nos agobia.
Reflexiona:
- ¿Qué situaciones recientes han despertado ansiedad en tu vida y cómo las has enfrentado?
- ¿Estás acudiendo primero a Dios o vas a otros recursos cuando la ansiedad toca tu puerta?
- ¿Qué podrías cambiar hoy en tu rutina diaria para hacer espacio a la paz de Dios?
Oración:
Señor, reconozco que muchas veces la ansiedad me envuelve y me hace olvidar que Tú estás al control. Hoy decido echar sobre Ti toda preocupación, toda carga, todo temor. Ayúdame a recordar tus promesas cuando me falte la calma. Dame una mente renovada por tu Palabra y un corazón firme en tu amor. Gracias porque siempre estás dispuesto a escucharme y a sostenerme. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan

Hoy, el ser humano busca desesperadamente aquello que pueda cambiar su vida, algo que traiga una transformación completa y le llene de paz en medio del caos que vivimos. El propósito de este devocional es ayudarte a comprender que en la Palabra de Dios puedes encontrar vida, y vida en abundancia. En ella se encuentra la respuesta que necesitas y la plenitud que anhela tu alma.
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Nos gustaría agradecer a Enkayros por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.enkayros.com